¿Qué ha pasado para que no siga como entrenador del Atlas?

El club se encuentra en un momento económico muy complejo. Han sido dos campeonatos en los que hemos trabajado con esa adversidad y, con la promesa de que de que se iba a ir evolucionando y mejorando. A pesar de que de que este campeonato ha sido ha sido muy bueno y de una gran progresión, después de una reunión con el club para planificar el siguiente año, y por x circunstancias en las que prefiero no profundizar, he decidido presentar mi dimisión.

Y eso que estaba contento...

Es un torneo apertura-clausura y yo llegué en diciembre en pretemporada, o sea entré a la clausura en enero. Luego estuvo la apertura, son dos torneos. El club está en un momento en el que, hace tres años había sido bicampeón y esas épocas brillantes fueron descendiendo. El equipo venía de un momento un poco “jodido”. Pillamos el equipo penúltimo y en el primer campeonato cambiamos, sobre todo, la metodología de entrenamiento y la mentalidad, la exigencia en el día a día, la idea de juego, la filosofía de pressing, de la salida de balón… Sentimos que hicimos muy buen trabajo, que evolucionamos mucho en muchas cosas, pero en la tabla de clasificación no lo pudimos plasmar, no la mejoramos. Tuvimos que darle vuelta a muchas cosas y eso el club lo valoró, vio que hicimos un gran trabajo y nos dio la continuidad.

Eso no es fácil en México…

No, nada fácil. Y en el segundo campeonato todo ha ido mucho mejor. Nos hemos clasificado para lo que es el play-in y después hemos pasado el primer play-in lo ganamos, que encima fue el clásico contra Chivas y como visitante, que fue muy importante. El clásico de la liga también lo ganamos como visitantes. La progresión del equipo ha sido notoria y clara. Luego ya en el play-in 2 nos eliminó el Tijuana porque andábamos justos de efectivos para ese partido.

¿Con qué equipo de aquí podríamos equiparar al Atlas?

No sabría decirte… Es un equipo con pedigrí de grande, de los de mitad de tabla para arriba (como un aspirante a Europa). Para nosotros es el más grande, pero en el histórico de campeonatos ganados o de clubes, como por ejemplo Tigres o Monterrey que están invirtiendo muchísimo dinero. En Monterrey está Canales, han fichado a Oliver Torres, Ocampos… Esos equipos están por encima respecto a títulos y músculo económico. Pero teníamos ese pedigrí de equipo histórico y andábamos ahí, con ese punto.

En la Liga mexicana se ha fichado mucho. En Tigres se ha invertido muchísimo en los últimos años.

Fue de los primeros en invertir muchísimo. Antes no era un equipo tan grande, pero empezó a invertir y pegó un salto importante. Está Gignac, que lleva siete años y aterrizó em la liga mexicana cuando estaba en la selección francesa con Francia, en la delantera, peleando con los Benzema… Hay nivel, los estadios son preciosos, enormes, de los Mundiales del 70 y del 86, que fueron de los mejores mundiales. Nosotros jugamos en el estadio de Jalisco.

¿Y cómo es?

Nuestro estadio había albergado el Mundial 70 y 86. Un recinto emblemático. Con unos 55.000 espectadores de aforo. Y mucha afición, muy pasional. El último anillo no lo habilitaban salvo partidos especiales, pero en general en Suramérica es muy pasional. Aquí no se vive así. Cuando no te va bien es mucho más hostil y cuando te va bien es mucho más eufórico, en un partido normal te podían recibir con un letrero gigante en la carretera. Es algo de mucha pasión.

¿Se sentía querido por la afición?

Obviamente, cuando ganábamos me sentía querido (risas). En todos los clubes que he estado el retorno ha sido bueno con la afición, el club y los jugadores. Si te va bien eres querido y si no, no, pero gracias a Dios nos ha ido más mejor que peor. Antes no notaba que tuviera feedback con la afición, pero este año pasado sí y lo sentía cuando iba con la familia. Mucha gente se acercaba, estaban ilusionados, te dan las gracias…

¿No había ningún jugador español?

De aquí no había ningún jugador. El objetivo del club era no invertir tanto en nuevos jugadores sino sacar provecho de lo que ya había habido y ellos creyeron mucho en mí para que pudiera sacar rendimiento a lo que ellos creían que había que sacar. Porque si un equipo no funciona parece que hay que fichar sin darle una vuelta. A mí me ficharon con la vista puesta en que el comienzo iba a ser difícil pero querían que sacara rendimiento a lo que ya había. No hay que estar fichando siempre.

¿Y se trabajaba la cantera?

Su cantera está bastante bien. En todos los equipos en los que he estado he hecho debutar un mínimo de dos, tres o cuatro jugadores. Ahí está mi vena Zubieta. No es un tópico, es una realidad. Yo estuve cuatro años en Zubieta y muchos de los jugadores que teníamos los entrenadores, que en ese momento estaban Kodro, Imanol, Jagoba, Satrustegi, Arrieta… había varios y de esas generaciones han salido muchísimos jugadores.

Primero siempre miraba en casa...

En México pasaba una cosa curiosa y es que jugábamos a las 19.00 o a las 21.00 de la noche. A las 9.00 de la mañana siempre jugaba el filial con el mismo equipo contra el que nos enfrentamos y yo siempre iba a verles, fuese en casa o de visita. Iba con mis dos asistentes. Y me encantaba porque así les conocíamos mucho mejor y en cuanto había una baja, lo primero era subir a uno a entrenar.

La escuela mexicana siempre ha sido referencial...

El futbolista europeo o los jugadores jóvenes que vienen de las canteras europeas tácticamente están mucho mejor desarrollados. Los conceptos tácticos los tienen mucho más incorporados y naturalizados, no tienes que emplear tanto trabajo en instaurar las bases tácticas. En México el jugador tiene otro carisma para poder jugar bajo presión, tienen desparpajo, son muy echados para adelante, van a por ello. A un jugador mexicano le dices que apuestas por él y es más echado para adelante. Tienen calidad y buen pie. Las canteras están en un constante querer mejorar y eso en general en todos los equipos de México. Yo me implicaba, seguía al filial todo lo que podía, les subía a entrenar e hicimos debutar a cinco jugadores jóvenes.