No bastó con el carácter
segunda El Eibar sumó ante el Recreativo un punto que supo a poco pero que es bueno por los malos resultados de sus rivales directos, aunque el equipo deberá recuperar la eficacia
dONOStIa - Gaizka Garitano apuntó en la rueda de prensa que lo mejor que le podía pasar al Eibar era que este tramo final de temporada fuese largo. Muy largo. Todo lo posible para que la localidad guipuzcoana pudiese seguir disfrutando de la fiesta en la que se ha convertido la presente campaña. No le falta razón, hay algo que es innegable, y es que todos los encuentros en Ipurua se han convertido en una celebración continua que da gusto vivir. El estadio azulgrana repitió una gran entrada para ayudar a los suyos a dar un paso de gigante que finalmente quedó en un saltito más. Lento, pero seguro y hacia adelante. Como hace las cosas este club.
El Eibar recibía ayer la visita del Recreativo de Huelva con la ambición de anular a uno de sus rivales directos y aprovechar el pinchazo del Las Palmas, pero se tuvo que conformar con un empate sin goles que deja un sabor agridulce por no poder regalar un triunfo a su afición por cuarta jornada consecutiva como local.
Una oportunidad perdida para dejar visto para sentencia el ascenso, toda vez que Las Palmas y Tenerife cayeron en la última jornada, lo que permite a los guipuzcoanos tener un colchón de cinco puntos. Ahora quedan seis finales que depararán el futuro de un club que puede estar satisfecho con lo conseguido ya, pero que quiere hacer historia y competir con los mejores el próximo curso.
La sensación es que a los de Garitano se les está haciendo larga la temporada. Se ha perdido la chispa de hace unos meses y, lo que es peor, la eficacia que tenían los hombres más ofensivos para finiquitar todos esos partidos en los que el trabajo defensivo era inmaculado, como ayer. Este equipo se ha construido desde una defensa sólida que encaja muy pocos goles, pero también sobre un ataque que no necesitaba demasiado para castigar a los rivales. Ayer, en cambio, se volvió a lamentar errores puntuales cuando todo estaba de cara, sobre todo una acción de Albentosa y Capa en los instantes finales, en la que el extremo no entendió la dejada del central y desaprovechó lo que era medio gol.
El carácter y la ambición siguen presentes, y eso sin duda es la mejor noticia para todos los aficionados armeros. Pueden estar tranquilos, y es que por actitud no será. Después de una primera parte en la que los andaluces controlaron el choque y obligaron a los guipuzcoanos a acumular jugadores en su área, los eibartarras sacaron fuerzas de donde parecía que ya no había para sobreponerse y encerrar a los de Sergi Barjuán.
dE MENOS A MÁS Sin Arruabarrena en la convocatoria, Morales fue el encargado de ocupar la posición más adelantada, con Gilvan, Jota y Capa en una línea de tres que estuvo desaparecida en los primeros 45 minutos. No entendieron los armeros que sin su referencia no debían abusar de los balones largos, y es que los centrales del Recreativo estuvieron muy cómodos para ganar cada balón dividido.
Con el Eibar desarbolado en el centro del campo y con los balones largos controlados, los de Sergi comenzaron a crear y se sintieron más cómodos, aunque sin poner en aprietos a Irureta. Linares fue el primero en avisar con un lanzamiento lejano, pero los armeros se defendieron bien aunque no conseguían dar un paso adelante. Aun así, este equipo tiene armas para hacer daño en todo momento, y así fue. De nuevo gracias al balón parado, Albentosa pudo adelantar a los suyos a los 25 minutos tras un centro de Morales, pero el central, solo en el borde del área pequeña de espaldas a portería, únicamente alcanzó a peinar un balón que acabó manso en las manos del meta visitante.
Una primera mitad sin apenas ocasiones y control andaluz que cambió radicalmente en la segunda, cuando el Eibar dio un paso adelante y se hizo con el dominio. Entonces pudieron entrar por banda con la velocidad de Capa y Gilvan, abandonando así el ineficaz recurso de los balones largos. Nada más comenzar el extremo derecho se plantó solo ante el portero, pero su tiro cruzado lo despejó este con el pie cuando Ipurua ya estaba celebrando el primero de la mañana. Tuvo continuidad con otros intentos de Jota y Morales, pero nada hacía mover el marcador.
Un partido abocado al empate a cero, demasiado espeso y que dejaba claro que ambos tenían miedo a perder. Solo pudo cambiar en los minutos finales, de nuevo a balón parado, pero Capa no entendió la dejada con el pecho de Albentosa y ahí se acabó todo. De nuevo un empate, de nuevo un paso pequeño pero seguro. Otra vez el Eibar se queda con ganas de más, pero faltan aún seis finales y este equipo sigue siendo el principal candidato al ascenso. La fiesta no ha acabado, aunque el Eibar tendrá que mejorar como local si quiere acabarla por todo lo alto.