LOS jeques están de moda en el fútbol. Para lo bueno y para lo malo. Si no, que se lo pregunten al presidente del Getafe, Ángel Torres, que al parecer fue estafado con falsas inversiones de jeques de Dubai y Egipto a cambio de comisiones.
Los timadores prometieron al presidente del club azulón durante 2011 y 2012 una aportación económica de hasta 10 millones de euros si se mantenía en Primera División sin deudas, y las relaciones se rompieron una vez el dirigente comprobó que dos de los cheques que le entregaron no tenían fondos.
El modus operandi del grupo era curioso: desplegaba un teatro para convencer a sus víctimas con comidas en restaurantes de lujo, coches con chófer y utilizando a un camarero brasileño de un bar cercano al Paseo de Gracia de Barcelona que se disfrazaba de jeque árabe por 50 euros.
El falso jeque explicaba que estaban dispuestos a financiar hasta cinco millones de euros en los proyectos que les interesaban -desde clubes de fútbol a clínicas dentales-obteniendo una garantía crediticia de un banco ubicado en el extranjero, y las víctimas tenían que ingresar un aval que servía como garantía para liberar la cantidad prometida por los jeques.
Los detenidos llevaban actuando de la misma manera desde febrero de 2011, y habían viajado a Dubai con un grupo de empresarios catalanes a los que querían estafar. Los Mossos d'Esquadra comprobaron que todo era un montaje y procedieron a las detenciones. Detrás de esta trama estaban Juan Batalla Juanola, dueño de la consultora Batallajuanola, y su socio Marc Toscas, que presuntamente han estafado a unas 70 empresas que estaban en problemas.
En declaraciones a los medios, el inspector jefe del Area Central de Delitos Económicos, Toni Mariscal, ha explicado que en esta operación han detenido a otras cinco personas que actuaban como testaferros fingiendo ser los representantes de jeques árabes poseedores de grandes fortunas interesados en adquirir o formar parte de su negocio.
A más de uno se le habrán quitado las ganas de hacer negocios con ellos.