donostia. "A lo mejor sí, a lo mejor soy irónico, crecido y meo colonia". Guardiola es consciente de que tiene perdida una batalla, la mediática, por aquello del peso del entorno madridista y porque la presencia de Mourinho en el banquillo merengue ha propiciado que las flechas empiecen a aflorar desde el otro lado del puente aéreo. Ni su talante y pose moderado, ni sus manifestaciones de corto recorrido altisonante valen ya para evitar que le aticen, muchas veces con mal gusto. Una cosa es el humor socarrón de Crackòvia, y otra muy distinta que alguien quiera regalarle en público un orinal.
No sería la primera vez que el de Santpedor lograra aislar a sus jugadores de la parafernalia periodística. Lo hizo en momentos eufóricos -tras conquistar el Mundial de Clubes- y en otros de depresión -tras ser eliminado por el Inter-. Su discurso abriga a sus estrellas, y hasta se autoinculpa de que alguna -como Ibrahimovic- no haya triunfado, obviando la pataleta del sueco desde Milán. Pero el madridismo rasca y hurga: los fichajes, el premio Príncipe de Asturias... Todo vale. La veda está abierta.
la cultura del esfuerzo "Desde la noche de los tiempos se ha intentado erosionar la imagen del Barça desde Madrid, una veces por política, otras por otras cosas. Y ahora también. Ha dolido mucho la sequía blanca y veremos si este enésimo proyecto de Florentino logra variar esta dinámica. Aquí se ha primado la cultura del esfuerzo y la cantera mientras el madridismo se horrorizaba pensando en cerca de 40.000 catalanes celebrando la Champions en Cíbeles. Se explota el fin de ciclo porque desde el otro lado del muro -como cantaba Pink Floyd- y entregado a los pies de Mourinho, se busca de todo para meter caña", dice Carme Barceló. Para Xavi Lemus, "Mou era la carta antiBarça. Pero el problema del Madrid, más que deportivo, es de modelo. Hace ya muchísimas temporadas que no ha apostado por uno, sino que ha variado en función de lo que ese año se le ocurría. Y encima se topó con el mejor Barça de la historia". Barceló añade: "Guardiola también tiene amigos dentro de nuestra profesión, de los de ir con los niños al parque, pero jamás ha favorecido a nadie", aplaude a modo de ejemplo de cuál es el comportamiento del Noi de Santpedor.
Pese a las señales de incertidumbre que el equipo ha ofrecido en las últimas fechas por temas debatibles como el apartado físico o las limitaciones en la confección del plantel, nadie espera escuchar al míster arremetiendo contra la actitud o la aportación de sus futbolistas. "Mis jugadores valen un imperio. Jamás dudaré de ellos aunque toque asimilar que todo esto no es tan sencillo", ha incidido más de una vez. Y en las malas es donde muchos, a 624 kilómetros de distancia, esperan a Guardiola, amparándose en que en Barcelona no tiene una masa periodística crítica. La pasada temporada realizó 130 ruedas de prensa y en el presente curso rondará las 40. La historia es que no le gusta el circo que otros promueven.