AL proyecto de Florentino lo único que le faltaba es contemplar desde la distancia cómo Robben, en el Bayern, y Sneijder, en el Inter, vengan su marcha del club madridista. Uno y otro pugnan por conquistar sus respectivas Ligas, con el añadido de disputar las semifinales de la Champions. Arjen Robben (Bedum, Holanda, 23-I-1984) sacó a pasear su zurda mágica para enmudecer Old Trafford el pasado miércoles, con una volea más propia de Zidane, y este último sábado marcó un penalti en el feudo del Leverkusen, un rival directo, que permitió a los de Van Gaal firmar un punto de oro. Afincado en el exclusivo barrio de Grünwald junto a Demichelis y Van Bommel, acaba de completar su dicha junto a su esposa Bernadien -con quien se casó el 9 de junio de 2007- con el reciente nacimiento de su segundo hijo (Luka y Lynn). Su tendencia a hacerse añicos le ha dejado cartel de futbolista de tres carreras aunque en Alemania, donde se supone que el combate es mayor, el genio no ha recaído tanto como en su era merengue y su cristal parece ya de cuarzo.
Con 13 goles en 63 partidos Robben dio carpetazo a su etapa en el Bernabéu por la puerta de atrás, sin querer marcharse. Los mismos que llegaron a considerarle mejor que Messi acabaron despidiéndole por 25 millones para paliar los fichajes de Cristiano y Kaká. Aunque no ha superado del todo sus problemas musculares, el ex técnico azulgrana ha sabido dosificarlo, sumando 11 goles en la Bundesliga y 3 en la Liga de Campeones. Ubicado en la derecha (al míster le gusta jugar con sus puñales a pierna cambiada, con Ribéry en la izquierda), Arjen es temible cuando recorta hacia adentro y lanza su fusil.
Elogios del cuadro técnico "Me quieren vender pero el entrenador dice que me necesita en la plantilla. No entiendo nada", dijo. A día de hoy, la afición madridista, tampoco. Ha trabajado con Hiddink, Mourinho o Schuster pero con ninguno se ha sentido tan identificado como con Van Gaal. "No he conocido a nadie tan comprometido con su trabajo. Cuando tenemos dos días libres es capaz de bromear y decir cosas como "bueno chavales, por fin un par de días sin tener que aguantar a Van Gaal", explica el propio técnico. Cuando llegó, con el aviso de que no recibiese más golpes de los necesarios, se produjo la primera fricción: se encaró en uno de los primeros entrenamientos con su compañero Lahm, que le hizo una dura entrada y se llevó de todo menos piropos. Fue el último accidente de este tipo. Tardó poco en hacerse querer. Y más, tras la operación que sufrió en octubre de 2009 por unas molestias en la rodilla derecha que le dejaron K.O. un mes. "Su nivel es espectacular", destaca con orgullo desde la dirección deportiva Wolfgang Dremmler, que se salta la orden que tienen de no hablar sobre los futbolistas porque entiende que Robben se merece todos los elogios.
La diana en el Teatro de los Sueños, calificada por Beckenbauer como el "gol del año", estuvo a punto de no consumarse. "En realidad iba a ser sustituido, pero dije: "Espera un poco, aún puedo", reveló el jugador, que señaló a la banda que quería seguir jugando e hizo esperar a Altintop. "El doctor dijo: Normalmente, un máximo de 60, 70 minutos. Fueron 75 y eso fue bueno", comentó sonriente. Si el camino liguero está despejado, quien le espera en el europeo es el Lyon, pero es precavido. "Ya alcancé también dos veces con el Chelsea las semifinales y no ganamos. Espero hacerlo mejor esta vez", subrayó el internacional tulipán, que en 2004 superó un cáncer testicular y que conoce a la perfección el escenario de la final. Ha recibido ya un sms de un amigo. "Tú ya conoces el camino a Madrid". Seguro que no todos irían a recibirle.