“Igual cuando lleve 35 finales no lo vivo así, pero esta es mi segunda final y lo estoy flipando”. Así lo ha asegurado Natalia Arroyo en su comparecencia previa a la disputa por el título de la Copa de la Reina entre la Real y el Barcelona. Ha sido su manera de subrayar el hecho de haber alcanzado la final, algo que ha sucedido hasta cuatro veces en los últimos cinco años -dos con Gonzalo Arconada al frente y otros dos con Arroyo- pero no se debe dar por habitual teniendo en cuenta el nivel cada vez más alto de los equipos que compiten en la Liga F.

La Real alcanza la final tras haber ganado la semana pasada en Tenerife, algo a lo que la entrenadora otorga importancia: “Fue bueno ganar en Tenerife por quitarnos esa mochila de no ganar, de dudas. De todas maneras, sabíamos que esta semana iba a ser otra cosa, y en eso estamos. Venir de ganar, de dejar la portería a cero y de haber dado sensación de consistencia es importante, porque son cosas que necesitaremos mañana. Estábamos trabajando bien en los entrenamientos, aunque no se reflejara en los partidos, y esta semana también ha sido de buen trabajo. Ahora estamos disfrutando las horas previas, que también es importante”.

Toda la plantilla disponible

Arroyo tiene la “plantilla entera y disponible” para la gran final: “Todas están listas, con energía, con ganas y levantando la mano para que las elija. Nos van a tener que ayudar todas. Vamos a tener que echar mano de todo el mundo, de las de inicio y las que salgan durante el partido, porque es importante empezar bien el partido, pero también entender los distintos momentos que surgirán”.

En una rueda de prensa de tinte más emocional que táctico, la entrenadora catalana reconoce que vivirá “al máximo” la final con la gente que le rodea y con la afición: “Al acabar el partido buscaré a mi gente para abrazarla, la que está con nosotras cada día, desde la primera eliminatoria, en la que visualizábamos esta final”. Y desveló una anécdota de los instantes previos a los partidos: “Mi pareja me dirá el último truco, que suele acertar más que yo”.

Arroyo augura “un partido vibrante” ante un gran rival y un técnico, Jonatan Giráldez, con el que tiene amistad: “Por mucho que sea mi amigo, no me alegraré si me gana eta final. Ojalá que gane la de la semana que viene (la Champions contra el Lyon) y, por aquello de repartir, ganemos nosotras la de Copa”.

Últimos partidos en la Real

La final será uno de sus últimos partidos como entrenadora tras cuatro años en Donostia: “Mi futuro es independiente de esta final. No he hecho nada distinto. Lo único ha sido recibir mucho cariño de la gente y muchos ánimos para volvernos con la Copa. Tengo ganas de vivir esta experiencia, pero no por el hecho de que me vaya a marchar. La Real va a seguir sin mí, pero ahora tenemos una final maravillosa y ojalá podamos añadir el segundo título al club”.