La victoria de Lando Norris en el Gran Premio de Australia puso fin al liderato al frente de la Fórmula 1 más extenso de la historia, el protagonizado por Max Verstappen durante 1.029 días. Pudo significar además el comienzo de una nueva era de dominación, la de McLaren, el monoplaza que ya se erigió la pasada temporada como el más poderoso y que llegaba a esta campaña predestinado a aplicar nuevamente su superioridad para ratificarla con victorias y títulos. Pero solo ha transcurrido una carrera del calendario de 2025 cuando la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha intervenido adoptando una decisión que puede complicar el camino de la escudería llamada a reinar. De algún modo será un lastre, aunque aún se desconoce el grado de su impacto.
La FIA ya advirtió que este año sería más estricta en los controles de los alerones tras las quejas de varios equipos a lo largo de 2024 sobre el proceder de McLaren. Para el organismo que rige la Fórmula 1, Australia fue un observatorio en el que poder contemplar cómo se comportaban estos elementos. A fin de extraer conclusiones, la FIA instaló cámaras en los monoplazas para analizar las deformaciones que sufrían los coches en pista. La idea era descifrar la flexibilidad de los alerones. Tras analizar imágenes y tomar mediciones, solo un día después del estreno del campeonato, la FIA anunció una modificación en el artículo 3.15.17 del reglamento técnico. A partir de ahora, cuando se apliquen 75 kilos de carga en el alerón trasero, la separación entre ranuras deberá ser de medio milímetro en lugar de dos milímetros.
“Tras analizar las imágenes de las deformaciones del alerón trasero combinadas con las deflexiones estáticas medidas dentro del garaje de la FIA en Melbourne, la FIA ha llegado a la conclusión de que existen motivos suficientes para introducir un test más duro en el alerón trasero superior a partir del próximo Gran Premio de China”, notificó la FIA.
McLaren ha sido hasta la fecha la escudería que más se ha beneficiado del reglamento anterior, consiguiendo que sus alerones traseros ofrecieran un efecto similar al del DRS en zonas en las que no estaba permitido activar el DRS; de hecho, en el paddock se conoce como mini-DRS. Es decir, esa franja por la que discurre el aire situada entre el soporte del alerón y la aleta superior, que se aumenta o reduce con la velocidad gracias a la flexión de los materiales, permitía gozar de una resistencia aerodinámica menor, lo que se traducía en mayor velocidad. Ahora perderán gran parte de esa ventaja. Si bien, en China, dado el escaso margen entre una carrera y otra, se permitirá un margen de 0,75 milímetros y será en la tercera cita del campeonato cuando se aplique el medio milímetro.
Este cambio llega después de que Red Bull acudiera a la FIA para solicitar una aclaración sobre los alerones traseros flexibles tras los test de pretemporada. El año pasado, después de las evidencias que se dieron en Bakú con los alerones traseros de McLaren, Red Bull protestó y logró que obligaran a la escudería de Woking a endurecer los materiales para restar flexión, pero entonces no se alteró la normativa.
“Creo que somos los favoritos, porque el equipo ha hecho un trabajo increíble: el coche vuela”, dijo Norris, que se impuso en unas condiciones sobre mojado en Melbourne que impidieron ver todo el potencial de su coche, que ahora se verá mermado. Y es que Max Verstappen aguantó el envite de Norris en Albert Park durante 15 vueltas hasta que sufrió un susto que le hizo perder la segunda plaza. A partir de entonces, el Red Bull se descolgó a doce segundos en solo 15 vueltas. Las diferencias se redujeron más adelante gracias a la aparición del coche de seguridad y Max acabó segundo a ocho décimas de Norris.
El efecto de la decisión de la FIA se podrá observar en China, donde McLaren buscará este fin de semana ganar las dos primeras carreras del año por primera vez desde 2003. Aunque las condiciones meteorológicas parece que serán más favorables que en Australia, por lo que McLaren podría equilibrar la previsible carencia con un mayor ritmo.