El circuito de Imola, correspondiente al Gran Premio de la Emilia-Romagna, es según aseguran los pilotos el segundo trazado más complicado a la hora de adelantar. Max Verstappen tiró de ingenio el sábado para coger el rebufo de Nico Hülkenberg y ganar las dos décimas necesarias para firmar la pole; sin ellas, la primera posición hubiera sido para Lando Norris, en estado de gracia con un McLaren tremendamente competitivo que le había conducido a la victoria en Miami.

Esa maniobra táctica de Verstappen resultó crucial para imponerse en carrera, donde parecía sucederse una tranquila jornada que terminó siendo insospechadamente agónica. El tricampeón se distanció a más de un segundo de Norris antes de que se pudiera utilizar el DRS. En 20 vueltas elevó su ventaja hasta los seis segundos. Ahí se congeló el crono. Poco después vio la bandera ajedrezada por saltarse en dos ocasiones los límites de la pista. Pero la distancia ya estaba construida. Parecía desarrollarse una plácida jornada para Verstappen. Una más de tantas producto de un dominio abrumador.

Tuvieron que transcurrir 28 giros para contemplar el primer cambio de posición entre los seis primeros y no fue producto de un adelantamiento en pista, sino de un undercut realizado por Oscar Piastri a Carlos Sainz, que cayó a la quinta plaza. El australiano había rodado con DRS prácticamente todas las vueltas previas y finalmente ganó posición en la visita al garaje, prueba de la complejidad que ofrece Imola.

“Mis ruedas no funcionan”

Todo parecía estancado. La carrera se tornó anodina, sin previsión de cambios en los primeros puestos. Pero de pronto, en la vuelta 52 de las 63 programadas, Verstappen reportó problemas: “Mis ruedas no funcionan”. Estaba perdiendo décimas. En McLaren trasladaron rápidamente el mensaje a Norris: “Verstappen se queja de los neumáticos”. “Lo veo, lo veo”, ratificó el piloto británico. La sangría fue a más. Los nervios fueron en aumento. Verstappen protestaba e insultaba a un piloto doblado. Norris se instaló en el aire sucio dejado por Verstappen, a 1,5 segundos. El neerlandés estaba contra las cuerdas, sin comodines para apurar las trazadas. “Ha sido difícil gestionar las últimas diez vueltas. He ido a tope, no me podía permitir errores”, explicaría Mad Max.

Sin ruedas y sin batería para exprimir al máximo el Red Bull, Verstappen apeló al talento. Norris entró en la ventana de DRS en el último giro. Prolongó la emoción hasta el último suspiro. Pero ya era tarde. Verstappen cruzó la meta agonizando, con 7 décimas de margen. “Es frustrante no ganar esta carrera. Me duele decirlo, pero con una o dos vueltas más creo que podría haberle pasado”, lamentó Norris. Aunque se consoló con una afirmación que es motivo de celebración en McLaren: “Podemos decir que estamos a la altura de Red Bull y Ferrari. Ahora peleamos por ser segundos y primeros”.

La segunda posición de Verstappen en Miami y el enconado duelo de Emilia Romagna deben ser toques de atención para el imperio Red Bull. “Ha sido una buena victoria, pero he tenido que trabajar duro”, admitió el tricampeón, que quizá esté enmascarando con sus excelsas aptitudes el progreso de un monoplaza que a Sergio Pérez le cuesta horrores llevar a los puestos de honor; el mexicano fue séptimo y perdió el segundo puesto en el Mundial en favor de Charles Leclerc, que completó el podio.  

El Autódromo Enzo y Dino Ferrari “es un circuito Red Bull y McLaren”, afirmó Leclerc. Ironías de la vida. El monegasco pareció poder dar caza a Norris, pero terminó a 7,9 segundos de la cabeza. Su compañero Carlos Sainz fue quinto en un fin de semana más bien discreto. A su espalda llegaron los Mercedes de Lewis Hamilton y George Russell, que ya parecen abocados a clasificar por detrás de otros tres equipos.

Fernando Alonso arrancó desde el pit lane tras romper el parque cerrado para cambiar la configuración del coche después de un fuerte accidente en los Libres 3 que dejó la máquina bastante tocada. El asturiano fue decimonoveno. Un fin de semana para olvidar pese a que Aston Martin introdujo un paquete de mejoras que no parece ilusionar demasiado. Lance Stroll fue noveno, prueba de que el desarrollo no ha surtido el efecto anhelado. “Espero ir más fuerte en Mónaco”, deseó Alonso.

En el circuito de Montecarlo volverá a ser crucial el sábado, donde Verstappen comenzó a fraguar su victoria en Imola, la quinta en siete carreras. Un éxito que sin embargo debe albergar reflexión. Norris estuvo extremadamente cerca de ganar, lo que hubiera significado la segunda victoria seguida, y Red Bull no cede dos triunfos consecutivos desde 2021.