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Ejes de Alimentación

Sostenibilidad, inflación y aranceles marcan el rumbo de la industria alimentaria

Los hábitos de consumo evolucionan hacia opciones más responsables, pero el aumento de precios y las barreras comerciales dibujan un escenario complejo para productores y consumidores

Sostenibilidad, inflación y aranceles marcan el rumbo de la industria alimentariaUnai Beroiz

La alimentación vive un momento de profunda transformación marcado por varios factores y tendencias como la sostenibilidad, la innovación, la seguridad alimentaria, los productos de km 0 y sellos de calidad… No obstante, nos fijamos en tres tendencias clave que están afectando de forma directa al sector en los últimos meses. 

Mayor conciencia del consumidor 

Hoy, la sostenibilidad y la transparencia son palabras que resuenan en muchísimos ámbitos sociales y económicos, también en el de la alimentación, ya que se trata de dos factores que han ganado peso y que están transformando la forma en la que se compran los alimentos. Cada vez más, los consumidores buscan productos con ingredientes naturales y que cuiden del medio ambiente, mostrando un interés creciente por lo que comen y por el impacto de sus decisiones. Según el portal especializado en tecnología alimentaria ‘The Food Tech’, la tendencia irá claramente hacia alimentos que combinan calidad, valor y sostenibilidad.

Los consumidores buscan cada vez más productos con ingredientes naturales y que cuiden del medio ambiente, mostrando un interés creciente por lo que comen y por el impacto de sus decisiones

Etiquetas claras y fáciles de entender se han vuelto imprescindibles para generar confianza.

Varios motivos explican este cambio. Primero, la salud: los consumidores saben más que nunca sobre la relación entre alimentación y bienestar, y quieren productos que les ayuden a sentirse mejor, prevenir enfermedades y llevar un estilo de vida más saludable. Segundo, la transparencia: la gente quiere saber exactamente qué contiene lo que compra. Etiquetas claras y fáciles de entender se han vuelto imprescindibles para generar confianza.

Además, el auge de los alimentos funcionales está ofreciendo nuevas oportunidades. Productos con probióticos, antioxidantes, omega-3 u otros nutrientes beneficiosos se han multiplicado, dando más opciones a quienes buscan cuidar su salud con cada comida. Todas estas tendencias dibujan un nuevo perfil de consumidor, más consciente, informado y exigente, que valora no solo la seguridad y la calidad de los alimentos, sino también su impacto en el entorno y en su bienestar. Así, el mercado se orienta hacia un futuro donde comer bien y de manera responsable es la prioridad.

Carestía de la cesta de la compra 

Cualquier persona que esté acostumbrada a ir hacer la compra habrá notado que en los últimos meses, aún comprando los mismos productos de siempre, el ticket total ha crecido considerablemente. A pesar de que, tal como apunta la OCU, el pasado agosto algunos alimentos básicos habían registrado una bajada del 0,21%, se puede apreciar que muchos otros productos son notablemente más caros que hace un año. Es el caso de las frutas y verduras (+17%) y las carnes (+10%). Si volvemos la vista atrás, en los últimos cuatro años, se ha producido una subida del 33% en los alimentos. Si bien es cierto que desde el Gobierno central se aprobaron medidas como la rebaja del IVA, para paliar la situación, su retirada en 2025 para volver a sus tipos habituales ha hecho que los efectos se noten en el bolsillo de los consumidores.  

En los últimos cuatro años, se ha producido una subida del 33% en los alimentos.

Naranjas (8,8%), peras (4,3%) y cebollas (3%) lideraron las subidas de precio en agosto en los grandes supermercados. Otras subidas algo más moderadas se percibieron en la leche entera (+2,9%), manzanas golden (+2,6%), macarrones (+1,9%) y limones (+1,7%). En paralelo, algunos productos básicos bajaron, como patatas (-7,4%), ajos (-8,4%) y aceite de oliva (-3,4%), lo que evidencia que no todos los aumentos responden al IVA, sino también a factores de oferta y demanda.

Aranceles para el sector agroalimentario

El sector agroalimentario atraviesa un momento delicado por la aplicación de aranceles, especialmente en su relación con Estados Unidos. Una de las medidas que adoptó Donald Trump tras su llegada a la Casa Blanca, fue anunciar nuevos gravámenes para todos los productos procedentes de fuera del país.

Estados Unidos es el primer mercado para los alimentos y las bebidas españolas fuera de Europa, no "sustituible" y el cuarto en términos globales

Aunque en un inicio se habló de subidas de hasta el 30% para productos agrícolas europeos como el aceite de oliva, el vino, los quesos o determinadas frutas y hortalizas, finalmente la UE y EEUU llegaron a un acuerdo para fijar un arancel del 15% a las exportaciones comunitarias a ese país. Una medida que el sector y la principal patronal del país, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) considera injusta, ya que “perjudica los intereses de la industria”, limita su acceso al mercado norteamericano y reduce la competitividad de las exportaciones. Estados Unidos es el primer mercado para los alimentos y las bebidas españolas fuera de Europa, no "sustituible" y el cuarto en términos globales, con más de 3.300 millones de euros exportados en 2024, según datos de FIAB.

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Algunos productos arrastran ya aranceles significativos, como la aceituna negra de mesa española, que soporta un 35% desde hace años. Estos sobrecostes obligan a muchos productores a replantear sus estrategias de exportación, buscar nuevos mercados y ajustar precios. En total, las exportaciones agroalimentarias españolas a Estados Unidos rondan los 3.200-3.500 millones de euros anuales, con el aceite y el vino como grandes protagonistas.