No es fácil el escenario al que se enfrenta el sector de la construcción en los próximos años, en términos generales. Un parque de vivienda envejecido que necesita ser renovado, la falta de profesionales o el alza de los precios de las materias primas ha provocado que en los últimos años en Euskadi muchas empresas trabajen haciéndose cargo de la pérdida de márgenes o, incluso, perdiendo dinero. Eso teniendo en cuenta que este sector y el de servicios han sido los impulsores de la economía vasca en 2023, que cerró con un “suave crecimiento”, califica Gobierno vasco. Pero la situación varía en Navarra.
Los números hablan por sí solos. Los últimos datos del Eustat (Instituto Vasco de Estadística) dicen que la actividad en el sector de la construcción de la CAPV creció un 6,2% el año pasado. Así, tanto la edificación como la obra civil presentan crecimientos del 5,6% y 9,8%, respectivamente.
Pero en Navarra el ejercicio anterior fue positivo y la actividad del sector creció un 31% respecto al año anterior, según datos de Nalanda, plataforma de gestión documental de coordinación de actividades empresariales en España. Como referencia, a nivel estatal la actividad del sector creció un 7,2%. La foral fue una de las cinco comunidades que más creció en ese periodo, muy por encima de la media estatal. Partiendo de esta base, la apuesta se eleva con obras como la continuación de la transformación de Zorrotzaurre en Bilbao, la llegada del TAV, la ampliación de Mercedes en Gasteiz, o la construcción de una nueva planta de alimentación en Funes declarada por el Gobierno navarro como “inversión de interés foral”.
En cuanto a los precios, en febrero pasado aumentaron los costes de la construcción en la CAPV, un 1,7% en relación al mismo mes de 2023. En comparación con febrero de hace un año, los precios se han incrementado en un 1,7% en edificación y en un 1,4% en obra civil. Y en cuanto a los costes de las materia primas, en términos interanuales, aumentaron un 0,6%, mientras que los costes de la mano de obra permanecieron 5,4%.
Ese incremento de los precios, señala el director general del Build:Inn (Basque Construction Cluster, antes Eraikune), Jon Ansoleaga, ha impactado en “la rentabilidad de muchas empresas”, e incluso ha hecho que algunos proyectos ya contratados, fundamentalmente con Administración pública, pero también con privados, “dejen de ser rentables” porque el escenario económico es “diferente” al planificado previamente.
También se apunta en la entidad que “el frenazo de las operaciones de compra de vivienda en el escenario de la subida de tipos y el encarecimiento de las hipotecas parece haberse trasladado al arranque de los proyectos inmobiliarios”. Así, el año pasado ya se registró una notable caída en el inicio de edificaciones del 20,5% en el primer semestre. Desde agosto de 2022 hasta septiembre de 2023, los tipos escalaron del 0% al 4,5%.
El salto y la velocidad de las subidas han congelado en gran medida las expectativas de compra de vivienda de las familias y el sector se está adaptando a esa nueva realidad. A futuro la previsión es que el sector acabe viéndose afectado por los tipos de interés y que el crecimiento se reduzca hasta el 1,4% en 2024 y repunte ligeramente hasta el 1,9% en 2025, debido a la influencia de mejores tipos de interés; en particular, un Euribor que evoluciona a la baja.
Sin embargo, el sector de la construcción seguirá apostando por innovación, digitalización, sostenibilidad y aplicación de tecnologías, métodos y sistemas vanguardistas que contribuyan a la mejora de la industria.
El mensaje general de los expertos tiene tintes optimistas. Aseguran que la capacidad de producción en el sector de la construcción en el Estado es superior al que hay a nivel internacional.
El sector se reinventa para adaptarse a la nueva situación apoyándose en claves estratégicas
Construcción industrializada
La CAPV y Navarra trabajan por ser referentes de este modelo de construcción basado en la industrialización de los procesos y como alternativa a la construcción tradicional. Y es que el impacto sobre el medioambiente del sector es muy elevado. Según datos de Ihobe los tiempos de trabajo se reducen en más de un 70 % con procesos de prefabricación, construcción modular, automatización y digitalización. Y se generan un 90% menos de restos, además de la posibilidad reutilizar materiales y componentes. Este modelo de construcción responde a las actuales necesidades sociales y a un bajo impacto ambiental en territorios en los que la demanda de vivienda es elevada.
Acceso y precio de la vivienda
El elevado precio de la vivienda y la carestía de los créditos bancarios no facilita el acceso, y empuja al alquiler. En Euskadi en 2023 el precio de la vivienda subió de media un 3,9% y en 2022 un 6,4%. La CAPV continúa siendo la tercera comunidad más cara del Estado, donde el coste medio es de 1.566 euros/m2. Estas son las conclusiones del Informe de Vivienda correspondiente al primer trimestre del año elaborado por la compañía Gesvalt, perteneciente al sector de la consultoría. Por su parte, en febrero el m2 de vivienda en Navarra alcanzó los 1.183 euros. A finales de 2023 el precio aumentó un 9,5%. La consecuencia es un traslado de la demanda hacia el mercado del alquiler.
Sostenibilidad en la edificación
La construcción sostenible es un modelo de edificación que tiene en cuenta los impactos ambientales en todo el proceso. El trabajo comienza con la elección de un lugar adecuado para construir, teniendo en cuenta los ecosistemas locales y el uso de energía que supondrá su obra, uso y mantenimiento. Es importante reducir el consumo de energía, mejorar el rendimiento energético y maximizar el uso de energías renovables. También se busca reducir el impacto ambiental y económico que implica bombear, transportar y tratar las aguas, tanto potable como residual, y reutilizar y reciclar materiales a lo largo de su ciclo de vida, desde su diseño hasta el momento del derribamiento.
Rehabilitación para mejorar
La antigüedad media de los parques de viviendas residenciales son de 47,9 años en la CAPV y 54 en Navarra. Ambas superan la media estatal. Y si añadimos que los edificios contribuyen en gran medida al consumo de energía (40%) y a las emisiones de carbono (30%) a nivel mundial, la rehabilitación energética es imprescindible. Según el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), el año pasado se solicitaron permisos de gran rehabilitación para 37.783 viviendas. Esto supone un 9,4% más que en 2022. Para alcanzar la neutralidad climática que la UE se ha fijado en 2050, los fondos de recuperación debían hacer que España haga la rehabilitación que pretende la CE.