Euskadi cuenta, hoy en día, con un sector energético estratégico capaz de cubrir toda la cadena de valor y del que forman parte 400 empresas. Todas ellas, en su conjunto, alcanzan una facturación a nivel global de más de 56.000 millones de euros (13.200 de ellos en Euskadi). De hecho, el sector emplea a más de 96.000 personas en todo el mundo (gracias a sus 452 delegaciones internacionales), 26.000 de ellas en la CAV. Y un dato importante, el gasto anual en I+D alcanza los 266 millones de euros, es decir, el 20 % de la inversión en Euskadi.

Dentro de este escenario, las empresas de Oil&Gas mantienen aún un peso notable. Son más de 100 (y 8.000 personas empleadas) que convierten a Euskadi en una de las regiones del mundo con mayor concentración de este tipo de organizaciones por km². De hecho, uno de los grandes retos es la adaptación de estas empresas al uso del denominado hidrógeno verde, que, junto a las energías renovables, representa el futuro del mix energético en Euskadi.

Inversiones de descarbonización

No en vano, Bizkaia inauguró en marzo del presente año el Energy Intelligence Center-EIC. Este pretende liderar la transición energética de la región y avanzar hacia la descarbonización de la economía mediante proyectos estratégicos de I+D+i, decisivos para el futuro de la CAV, como el Corredor vasco del hidrógeno, que cuenta con una inversión de 1.500 millones de euros.

Uno de los grandes retos es la adaptación de las empresas al hidrógeno verde y las energías renovables

Junto al anterior, la construcción de un segundo edificio, el María Telkes, con 12.000 metros cuadrados, contribuirá a la consecución de los objetivos de la Estrategia vasca del hidrógeno 2030, que persigue alcanzar una potencia instalada de electrolización de 300 MW o que el 100 % del hidrógeno producido sea de origen renovable, con cero emisiones de CO2 o bien bajo en carbono. La aplicación del hidrógeno verde se extendería al ámbito de la movilidad, la edificación y la industria, incluida la pesada, como la siderúrgica, de alto consumo energético.

Navarra también apuesta por el hidrógeno verde como respuesta al proceso de descarbonización y abaratamiento de los costes energéticos. De hecho, se espera que en tres años esté lista y funcionando la planta de hidrógeno verde proyectada en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela (CAT). Con una potencia de electrólisis inicial de 3,2 MW, está previsto que la GreenH2CATudela suministre energía a las empresas de la CAT y a las industrias de la Ribera del Ebro. El objetivo de Navarra es instalar, de aquí a 2030, 150 MW de producción de hidrógeno verde, desprendiéndose así de un 5 % del consumo industrial de gas.

Más allá de los objetivos de la UE


El grueso de los esfuerzos navarros en materia energética pasan por consolidar un sector, el renovable, que ocupa la tercera posición en importancia dentro de la región, detrás de la automoción y la agroalimentación. Este cuenta con una red industrial de más 110 empresas que son responsables de 6.500 puestos de trabajo (el 11 % del empleo navarro) y una facturación de 4.500 millones de euros (el 5 % del PIB regional). De hecho, el tejido de empresas renovables, que incluye grandes operadores como Acciona Energía, Siemens Gamesa o Nordex / Acciona Windpower, representan el segundo sector exportador de la región gracias a la fabricación de aerogeneradores y componentes.


No en vano, Navarra supera los objetivos europeos en producción de energía renovable desde hace años y es capaz de satisfacer el 83 % del consumo de energía eléctrica de la región. Actualmente, la comunidad foral podría aumentar su potencia eólica en un 31 % en virtud de los últimos proyectos en tramitación.


Movimientos como este pretenden desligar la demanda actual de energía de las importaciones y de la industria fósil en un futuro no muy lejano. En 2021, los derivados del petróleo abastecieron el 43,9 % del consumo energético final en la región y el gas natural supuso el 75,46 % de la energía primaria. Cambiar la dirección de las inversiones energéticas está siendo una de las herramientas clave para acabar con ese saldo importador.