El primer Pleno de Política General de Imanol Pradales se condujo por un camino previsible en los roles de los diferentes partidos y el lehendakari en defensa y oposición al programa y estrategias del Gobierno Vasco. La oposición desplegó su crítica frontal, pero no ofreció ninguna propuesta contrastable con la iniciativa de la coalición PNV-PSE en ninguno de los ámbitos de debate y de interés de la ciudadanía. Sí permitió el debate constatar la posición de cada fuerza de cara al curso político que se inaugura. El lehendakari hizo una constante apelación al acuerdo, a la participación de diferentes y a la conformación de iniciativas de amplio espectro en las materias de vivienda, de educación, de seguridad y de inestabilidad económica;apeló a participar en la redefinición de un modelo estable y no sometido a las tensiones externas que llegan, bien desde la estrategia populista que crece en la política española, bien de la inestabilidad internacional que amenaza al tejido económico, bien del cuestionamiento del autogobierno. En ese marco, el señalamiento del final del curso político en junio para que los partidos avancen hacia una propuesta de reforma del marco estatutario es un guante con contenido: existen unas bases y unas aportaciones técnicas que deberían facilitar la entrada en una negociación capaz de superar las meras diferencias ideológicas. En la sesión inaugural del curso, el eje del debate estuvo en la autoafirmación táctica de cada fuerza política. Ahí estuvieron la aportación estridente de Vox; la voluntariosa aunque inconcreta de Sumar; la trasposición a Euskadi de la campaña del PP más crispado que dicta la estrategia diseñada en Génova; la reivindicación del papel propio del PSE, que prioriza habitualmente el discurso de su secretario general, volcado a marcar distancias del PNV; la labor de fiscalización del Ejecutivo desde el relato ideológico que dicta objetivos pero no mecanismos, que sigue practicando EH Bildu; y el alineamiento sin fisuras del PNV con un programa de gestión, amparado por los acuerdos y resultados del primer año de la legislatura, que trata de aportar certidumbre social y económica. En el Parlamento Vasco se pueden tender manos;las estrecharán o no los rivales, pero la representación política de una mayoría aplastante de la sociedad está dispuesta a reconocer la interlocución, la diversidad del país. Los intentos de trasplantar un clima irrespirable fracasan de nuevo.