Ante un mundo cada vez más desigual, las cooperativas se presentan como un modelo a seguir en el que la relación esfuerzo-compensación está más equilibrada que en otras fórmulas empresariales.

Tras la pandemia, los expertos advierten de que se avecina un escenario de crisis y recesión. ¿En qué medida puede ser el modelo cooperativo clave para afrontar la nueva situación?

El incremento de la desigualdad económica es motivo durante los últimos años de especial preocupación en muchos países. Son numerosos los artículos y libros que se están publicando al respecto. Al mismo tiempo, estamos viendo que la pandemia va a acentuar la desigualdad. En este sentido, las cooperativas son empresas con unas características que equilibran mucho mejor la relación entre el esfuerzo aportado (no sólo por quienes trabajan en ella, sino también por parte de la sociedad en la que se asientan) y la compensación recibida. Como consecuencia, generan sociedades más cohesionadas, menos desiguales. Así, cuando a nivel internacional se pase de la constatación del aumento de la desigualdad a la fase de las soluciones, el ejemplo cooperativo debe ser una referencia a considerar.

El día 4 se ha celebrado el Día mundial de las Cooperativas, una jornada en la que el sector ha destacado que sus valores han sido “claves para superar la crisis sanitaria”.

La solidaridad y la cooperación, que son los valores que sintetizan la esencia cooperativa, son parte de la sociedad vasca, y en momentos de crisis es cuando se ponen en práctica con más intensidad: entidades públicas, empresas de todo tipo, grupos diversos, particulares… han actuado de forma relevante para combatir el COVID-19. Desde esa mirada al exterior de la empresa, a la atención a la sociedad en general, las cooperativas de Mondragon además de reforzar servicios básicos como alimentación, limpieza o cuidado de mayores, hemos puesto nuestro saber hacer y nuestras estructuras al servicio de la sociedad para: importar elementos de seguridad, fabricar máquinas y equipos relacionados con la protección, preparar menús y destinar dinero para colectivos necesitados, incrementar el fondo de ayuda al estudio por parte de Mondragon Unibertsitatea, etc.

¿Y la situación de las propias cooperativas?

Ciertamente, además de la crisis sanitaria está la crisis económica. Ahí el esfuerzo es sobre todo la preservación del trabajo, en una situación en la que en muchas cooperativas la demanda se ha reducido drásticamente. En este ámbito también la labor está siendo excepcional y se han tomado medidas con celeridad, pues la gravedad de la crisis no tiene parangón: habilitación de fondos para afrontar los problemas de liquidez allá donde las ayudas públicas no alcanzan, reducción de la retribución, calendario de trabajo móvil, reubicaciones entre cooperativas, etc. Todo ello para proteger el trabajo, que es donde reside la clave de la generación y distribución de la riqueza.

Como director de Difusión Cooperativa de Corporación Mondragon, se ocupa de dar a conocer las claves del modelo cooperativo bien a las visitas que reciben, bien mediante charlas. ¿Han retomado ya las visitas presenciales?

Las personas extranjeras todavía no han podido venir, pero sí las más cercanas. En el caso de las primeras, son numerosas las peticiones de todas las partes del mundo y estamos mostrando la Experiencia Mondragon a través de videoconferencia. En estos días lo que quieren saber no es tanto el “cómo” y el “qué” de Mondragon sino, particularmente, cómo estamos afrontando la crisis. Hay muchas personas en diferentes lugares del planeta con la vista puesta en Mondragon. Conocen nuestra historia, nuestro presente y nuestras potencialidades y confían en que saldremos bien parados. De hecho, no es excepcional que personas de cualquier continente que nos han visitado inicien proyectos de diferente calibre en sus lugares de origen inspirados en Mondragon.

¿En qué se diferencia la denominada Experiencia Mondragon de otras cooperativas?

Es un conjunto de características el que hace única a esta Experiencia con décadas de recorrido. Básicamente, la Corporación asocia a cooperativas autónomas de muy diversos ámbitos (industria, finanzas, distribución, agroalimentación, educación, investigación, servicios), las cooperativas son de trabajo asociado (la persona socia aporta su trabajo), las cuestiones más importantes se deciden en base a un voto por persona socia y la diferencia retributiva entre quien menos gana y quien más gana es relativamente pequeña. Ello tiene un impacto especialmente allí donde el número de cooperativas es significativo: así, Debagoiena es una de las regiones con menor desigualdad económica en el mundo.

¿Cuáles son para Corporación Mondragon los retos de futuro?

Con y sin pandemia, en un contexto en el que los cambios disruptivos son parte del paisaje, nuestras empresas han de seguir siendo competitivas y sostenibles. Aquí entran aspectos como la inversión en innovación, la dimensión, la flexibilidad, la visión también a largo plazo… Además, hemos de aprovechar las oportunidades que presenta la transformación digital: la automatización, la analítica de datos, la ciberseguridad, el desarrollo de servicios asociados a productos… Entre los retos principales también está la sostenibilidad, a abordar desde el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, fundamental para que podamos seguir habitando el planeta. Y para todo ello la base es la capacitación de las personas: formación técnica y social.

“Ante la gravedad de la crisis, hemos tomado medidas con el objetivo de preservar el trabajo”

“Hemos puesto nuestro saber hacer al servicio de la sociedad para combatir la pandemia”