El escenario económico esta viviendo una transformación profunda que exige desechar viejos conceptos y adoptar nuevos. Uno de ellos es que el tamaño de la empresa o el abaratamiento del producto son factores que contribuyen a incrementar la competitividad de una empresa. Muy al contrario, el futuro de un negocio se basa en su capacidad de innovar, colaborar y digitalizarse junto con un aumento de una productividad que tanto en el Estado como en la CAV no alcanza los niveles deseados.

Esta tesis ha sido defendida hoy por la presidenta de Adegi, Isabel Busto, y el presidente del Consejo de Productividad de España, Juan Francisco Jimeno, durante su intervención en Donostia en una nueva edición del Desayuno de Trabajo que organiza anualmente la patronal guipuzcoana junto con Kutxabank. “En los próximos años, la diferencia entre las empresas que prosperen y las que queden atrás no estará en el tamaño, sino en su capacidad para aprender, para digitalizarse, para atraer talento y para trabajar en red”, ha afirmado la presidenta de Adegi.

Carrera de fondo

Busto ha recordado que la competitividad “no es una carrera de velocidad, sino de fondo” y ve a Gipuzkoa en una buena posición, que no obstante debe reforzar para no quedarse atrás con una generación que “tenemos que reinventarnos” como hicieron las anteriores y cuestionar lo que hasta ahora ha funcionado porque esta competitividad ya “no depende sólo del coste o de la eficiencia inmediata”. Al contrario, apuesta por incorporar innovación y avances tecnológicos para mantener posiciones en la economía global, sin olvidar que esta tarea requiere afrontar los retos demográfico tecnológico, energético y medioambiental, y el de la colaboración.

“Hablar de competitividad sin hablar de producción es como hablar de progreso sin hablar de esfuerzo”, ha asegurado, en una afirmación en la que ha abundado Juan Francisco Jimeno. El también investigador del Banco de España y profesor de Economía en la Universidad de Alcalá ha coincidido con Isabel Busto en considerar que “la productividad es la principal fuente de competitividad, y no vender productos más baratos”, ante lo que ha centrado su intervención en analizar en qué situación se encuentra esta productividad por hora trabajada.

Productividad débil

Su análisis no ha sido muy positivo. Jimeno ha advertido que el fuerte crecimiento del PIB estatal no responde a un incremento de la productividad, sino al aumento de horas trabajadas y, aunque a partir de 2022 el índice productivo ha crecido, no lo ha hecho de forma “suficiente” y además se detecta en servicios, pero no en la industria. “No es buena noticia”, ha alertado, para añadir que la CAV se sitúa en posiciones medias de la tabla que mide la productividad en cada una de las comunidades autónomas del Estado.

Desayuno de trabajo celebrado por Adegi y Kutxabank en el Hotel María Cristina de Donostia. Ruben Plaza

Ante esta situación, ha explicado que esta desaceleración de la productividad en el Estado responde a un tejido empresarial muy activo en sectores considerados tradicionales que, por lo general, no fomentan un incremento de la productividad al adolecer un uso bajo de los recursos tecnológicos que son, en su opinión, los que impulsan estos índices. Frente a unos datos que sitúan en un 1% el crecimiento de la productividad en los últimos años cuando antes de la pandemia el porcentaje era del 2%, Juan Francisco Jimeno ha abogado por esforzarse en cambiar esta situación.

La innovación no es suficiente

En todo caso, ha recordado que “no basta no innovar”, sino que la idea debe convertirse en una empresa y para ello es necesario financiación y tener un marco regulatorio favorable. En este sentido, se ha mostrado crítico con la realidad normativa actual que, según ha dicho, impiden el crecimiento de los negocios. Como ejemplo, ha citado que si una empresa factura más de seis millones de euros al año, los requerimientos son superiores a los que existen por debajo de esta cifra, y lo mismo sucede si la plantilla supera las 50 personas trabajadoras. No se ha mostrado partidario de reducirla porque “más regulación no es mejor regulación y menos regulación tampoco, sólo mejor regulación es mejor regulación” y, bajo este argumento, ha considerado necesario establecer una que no ponga barreras a las empresas ni “comprometa la competitividad ni la capacidad de crecimiento”.

En relación también con las normas regulatorias, se ha referido a la inteligencia artificial, ámbito en el que ha invitado a Europa a avanzar. “Hemos perdido la carrera con EEUU y China en el desarrollo de la IA, no perdamos también la de su aplicación”, ha apuntado, para añadir que ya han surgido dudas acerca de si no se tratará de una burbuja, puesto que las grandes empresas norteamericanas que han invertido en ella no están viendo retornos. En caso de su asentamiento, cree que contribuirá a aminorar la desigualdad siempre y cuando los trabajadores reciban la formación adecuada.

Impacto de la inmigración

Respecto al reto demográfico, ha señalado que la llegada de inmigración es positiva porque, según ha constatado, a su llegada las personas inmigrantes son menos productivas que las nativas, pese a que esta situación comienza a cambiar con la entrada de personas con estudios superiores, pero “si consiguen integrarse en el mercado laboral, su productividad es mejor”.

En la conferencia ha participado también el consejero delegado de Kutxabank, Eduardo Ruiz de Gordejuela, quien ha señalado a la competitividad como “el reto principal” de las próximas décadas después de que en los últimos 20 años Europa haya “perdido comba”. En este contexto, cree que Euskadi parte de una base más sólida al haber sido motor industrial de España y presentar unos altos índices de bienestar y desarrollo económico. Sin embargo, esta ventaja no debe ser motivo de relajo para la CAV, ha considerado, puesto que “todavía queda camino que recorrer”.