Las cotizaciones crecen en mayor proporción que los salarios en EuskadiPixabay
Los costes laborales constituyen una de las estadísticas que ilustran el dinamismo de las rentas salariales de los trabajadores. Esos costes se desglosan en una nómina -de forma aproximada- de la siguiente manera: el 70% corresponde al sueldo mensual, el 20% a las cotizaciones a la Seguridad Social que aporta la empresa en nombre del empleado y el restante 10% a otros costes, vinculados a conceptos como formación y otros seguros sociales.
Según las últimas estadísticas de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE, la parte relativa a las cotizaciones y otros gastos está aumentando, en términos porcentuales, en mayor proporción que los salarios en Euskadi, una tendencia distinta -en líneas generales- a la del resto de comunidades y de la media del Estado, donde el crecimiento en ambos segmentos -salarios y cotizaciones- está en niveles más parejos.
En efecto, si se toman los datos del primer trimestre de este año, se parecía que el coste laboral creció un 3,8% interanual en Euskadi, el mismo porcentaje que en el conjunto del Estado. Pero, mientras la media española se sustenta en el mismo crecimiento de salarios y cotizaciones (3,8%), en el caso vasco los sueldos suben un 3,4% y las cotizaciones un 5%. Se trata de recorridos distintos a la evolución del primer trimestre de 2024. En tasa interanual -tomando como medida la comparación con los tres primeros meses de 2023-, los costes laborales crecieron más en la media estatal que en la CAV (3,9% frente a 2,2%), sobre todo más por el aumento en salarios (3,7% y 1,9%) que en cotizaciones (4,2% y 3,15%).
La productividad, el baremo a mantener y reforzar
A la hora de explicar el motivo por el que se está produciendo esa disparidad entre salarios y cotizaciones en Euskadi en comparación con el resto del Estado, el profesor de Economía de la UPV-EHU, Josu Ferreiro, alude a las últimas subidas en el SMI. “En Euskadi esos incrementos no nos han afectado tanto, pero su resultado sí se ha notado en otras comunidades”, indica, aludiendo al efecto composición por el cual, al incrementarse los salarios medios en el resto del Estado, también lo hacen las cotizaciones, un impacto que es mucho más matizado en Euskadi. El SMI para este año se sitúa en 16.576 euros anuales distribuidos en 14 pagas de 1.184 euros, con lo que acumula un incremento del 61% desde el año 2018, según los datos del Ministerio de Trabajo.
Un informe del mes pasado de Adecco Group Institute destaca que el salario medio vasco creció el pasado año un 2,5% interanual, hasta los 2.244 euros mensuales, pero perdió un poder adquisitivo del 0,5% -139 euros anuales-, por el incremento del IPC en Euskadi, que cifra en un 3,1%. A juicio de Ferreiro, la sensación general de pérdida de poder adquisitivo en la sociedad obedece a que se está ensanchando la desigualdad, con mayores crecimientos en sectores de empleo con menor productividad por su configuración y salarios más bajos. “El empleo manufacturero se está reduciendo y nos estamos desindustrializando. Las franjas de salarios medios-bajos son las que más crecen, por encima de las franjas con salarios en los tramos medios”, indica. Como consecuencia, “la clase media es la que se reduce”.
Para Ferreiro, la temporalidad en la contratación laboral es la causa de una mayor precariedad laboral, pese a que la reforma del mercado de trabajo de 2021 ha estimulado la firma de contratos de carácter indefinido. “Dos tercios de los contratos indefinidos que se firman son a tiempo parcial o de carácter fijo discontinuo. El paradigma era que, con un empleo, se salía de la pobreza. Pero ahora vemos que, en algunos casos, aunque se tenga un empleo, se sigue siendo pobre”, advierte
El informe ‘Plan para el impulso económico de Euskadi’, elaborado por Deloitte y presentado hace unos días en Bilbao, destaca que el coste laboral por hora efectiva en Euskadi es inferior a la media europea. Si en la CAV ese coste es de 27,8 euros, en la Eurozona es de 30. En Alemania y Francia es de 40,8 y 39,6 euros, respectivamente, si bien los salarios que perciben los trabajadores son lógicamente mayores. La crisis de la década pasada hizo caer la productividad en países como Francia e Italia, mientras crecía en la CAV. “Euskadi cuenta con una posición de partida favorable en términos de productividad, que puede contribuir a impulsar su liderazgo económico, si bien su mantenimiento exige medidas para su protección y refuerzo”, alerta el informe.
Tomando como referencia el último trimestre del año 2019, antes de que estallara la crisis de la pandemia, los costes laborales experimentaron una variación también desigual. Entonces, en tasa interanual, el coste subió un 1,5%, aunque entonces los salarios apenas crecieron un 0,2% y las cotizaciones un 5,4%. En el Estado, el incremento del coste laboral fue del 2,3% interanual, desglosado en una subida superior de los salarios (1,8%) y ligeramente inferior en las cotizaciones (4%). Mientras que, a cierre del último trimestre del pasado año, el coste laboral en el Estado duplicó al de la CAV (3,6% frente a 1,8%). Las cotizaciones aumentaron prácticamente lo mismo (3,5% en Euskadi y 3,7% en el Estado), pero los sueldos difirieron mucho (1,2% de subida em la CAV, y 3,5% en el Estado). Asimismo, el coste laboral por hora efectiva también se ha incrementado de forma más acusada en la media estatal que en Euskadi, aunque tampoco mucho: en el primer trimestre de este año era de 23,60 euros en el Estado y de 27,81 en la CAV, cuando un año antes era de 23,10 euros en el Estado y de 27,38 en Euskadi.
Según los últimos datos del INE, Euskadi se situó en el primer trimestre de este año con un coste salarial por trabajador y mes de 2.543,50 euros, el segundo más alto por detrás de Madrid y superando la media del Estado (2.290,46 euros). Es una tendencia que se consolida. Antes de la pandemia, y durante los dos años que duró la fase más aguda de la crisis que trajo consigo (2020 y 2021) los salarios de vascos y madrileños se mantenían a la par, con primacía de manera ocasional para los trabajadores de la CAV. Pero desde hace tres años, la superioridad corresponde, y de forma cada vez más nítida, a Madrid. Los problemas en el sector industrial vasco para mantener su contribución en términos de PIB se suman a circunstancias como el incremento del Salario Mínimo Interprofesional -que repercute más en el conjunto del Estado que en Euskadi, donde el porcentaje de sueldos por debajo del SMI es inferior-, así como el efecto de tracción empresarial y de talento que logra Madrid por su capitalidad, también están contribuyendo a ese predominio en los salarios. Pese a ello, las subidas salariales pactadas en convenios cerraron 2024 en el 3,6%, en línea con el IPC.