El nodo Eraldatu: impacto social para atraer talento y arraigo empresarial en Gipuzkoa
El nodo Eraldatu nace con el objetivo de facilitar a los negocios indicadores para medir su beneficio a la sociedad
Las empresas de Gipuzkoa tradicionalmente han mostrado un elevado nivel de conciencia social, con iniciativas que han contribuido a mejorar el entorno en el que desarrollan su actividad, pero les faltan herramientas para medir ese impacto social y traducirlo en indicadores que pueden ser un instrumento muy valioso para mejorar su imagen, captar de este modo talento y reducir las elevadas tasas de absentismo del territorio.
Con esta premisa, Deusto Business School, Fundación Antonio Aranzábal, Fundación Artizarra, Rural Kutxa y Sinnple han constituido un nodo que, con el nombre de Eraldatu, persigue ofrecer al tejido empresarial un método para que puedan medir su impacto social y obtener de este modo una mayor rentabilidad de sus actividades en este ámbito.
Foro con agentes implicados
Su primera acción tuvo lugar el pasado año en un foro que reunió en Donostia a emprendedores sociales, empresas, universidad, financiadores y administración pública para promover iniciativas transformadoras de impacto social, a lo que seguirán otros proyectos como la elaboración de manuales sencillos de medición de este impacto o la celebración de jornadas específicas.
“El problema es que el impacto social muchas veces es cualitativo y es difícil ponerle precio”
Jokin Aranzábal, patrono de la Fundación Antonio Aranzábal, y Cristina Aragón, profesora de Deusto Business School, creen que, por lo general, muchas empresas de Gipuzkoa desarrollan iniciativas con impacto social en el territorio, y ahora comienzan a surgir las medioambientales, aunque en ocasiones es por cumplimiento de la normativa. Eraldatu se centra más en las referidas al ámbito social, al considerar que tienen un alto potencial de resultar rentables.
Influencia oculta
El problema radica en que su influencia no se ve reflejada en la cuenta de resultados. “El impacto muchas veces es cualitativo, abstracto, y es difícil ponerle precio”, afirman, para añadir que en la actualidad ya existen metodologías que permiten definir indicadores para resolver este problema y que los negocios puedan presentar a inversores o a perfiles cualificados, por ejemplo, un informe que recoja esta información para posicionarse.
Estos indicadores son diferentes según el tipo de empresa y no coinciden los de una social con los de una cotizada o una de moda o una empresa industrial. Por lo tanto, cada negocio debe elaborar un listado propio de indicadores que le permitirán medir su rentabilidad social.
Método
El proceso se inicia con la definición de lo que la empresa quiere cambiar, tras lo que se deben detallar las acciones a desarrollar para conseguirlo. El siguiente paso es el más delicado, puesto que se trata de establecer cómo se van a medir los resultados.
Aranzábal y Aragón explican que la Universidad de Deusto y la Fundación Antonio Aranzábal ya han realizado este ejercicio en el Programa de Inmersión en Empresa Familiar que ambos impulsan en el que han analizado los recursos con los que cuentan, han definido los objetivos que persigue el programa y han recogido los datos relativos a las actividades desarrolladas. Con esta información, han conseguido medir el impacto social de la iniciativa.
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Ventajas
Disponer de un diagnóstico de estas características dota a la empresa de ventajas que le permiten ser más competitiva. Entre las que citan Aranzábal y Aragón se encuentra una mejora de su imagen, lo que redunda en un aumento de su capacidad para atraer talento en un momento en el que este factor preocupa al mundo empresarial.
Pero también ayuda a reducir el absentismo, con una tendencia al alza en Gipuzkoa y Euskadi, dado que los trabajadores se sienten más identificados con el proyecto y más comprometidos. Del mismo modo, se facilita a los inversores una información adicional muy válida que puede posicionar a la empresa con impacto social sobre otros tipos de negocios a la hora de obtener financiación.
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Fidelización y arraigo
La lógica buena imagen de un negocio que tiene una influencia positiva en su entorno, además, se traduce en una mayor fidelización del cliente y la captación de otros, a lo que se añade que esta medición del impacto social fomenta el arraigo empresarial. Por este motivo, Eraldatu se ha propuesto extender lo máximo su acción para conseguir que cada vez más empresas guipuzcoanas apuesten por medir un impacto social que ya tienen, y abogan por que la administración las apoye con incentivos.
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