Volvo, uno de los líderes mundiales del sector de la automoción, ha confiado en el centro tecnológico Ikerlan y en la cooperativa vizcaína Batz para incorporar su tecnología en la fabricación de sus coches. En concreto, las firmas vascas aportarán una solución que asegura la fiabilidad y la duración de los pedales de freno además de contribuir, de esta manera, a la digitalización de los vehículos.
Hito hacia la electrificación
Ikerlan y Batz han dado a conocer hoy la incorporación ya de sensores electrónicos en los pedales de freno en el proceso de producción de algunos modelos del gigante automovilístico sueco, lo que a su juicio representa "un hito" hacia la fabricación de coches cien por cien eléctricos. Según han recordado, los automóviles están incorporando de manera progresiva dispositivos electrónicos que mejoran la conducción y la seguridad de estos vehículos, pero los pedales se resisten y mantienen su instalación mecánica.
Con la solución propuesta por las firmas vascas, se avanza en la apuesta por implantar los futuros frenos electrónicos que estarán conectados al sistema digital del vehículo. Ikerlan y Batz, ambos pertenecientes al Grupo Mondragon, intervienen en uno de los sistemas más críticos del vehículo para instalar en el pedal de freno sensores electrónicos auxiliares que proporcionan información segura y precisa sobre las necesidades de frenado de la persona que lo conduce.
Exigencias de Volvo
Tanto el responsable del área de Inteligencia Distribuida y Conectada de Ikerlan, Iosu Gabilondo, como el director de ingeniería de Batz, Egoitz Anzola, subrayan que una de las dificultades del proyecto en el que han trabajado durante cuatro años han sido los exigentes requisitos planteados por Volvo. Por un lado, han tenido que diseñar una solución robusta que dure entre 15 y 20 años, que es el ciclo de vida útil medio de un automóvil del fabricante automovilístico sueco.
Otro de los retos se refiere a la exigencia de que el sistema electrónico se integrara perfectamente con el resto de la estructura digital del coche, para lo que, según indican los expertos, se ha adaptado un sistema magnético que "asegura su robustez e inmunidad". Por último, citan que Volvo ha sido "sumamente estricto" al establecer los requisitos de consumo de electrónica.
Posicionamiento mundial
La superación de todos estos estándares ha sido positiva para Ikerlan y Batz porque, tal y como aseguran, refuerza su posición en el mercado internacional de la automoción como proveedor de sistemas electrónicos "confiables".