Los directivos y sobre todo los tesoreros de cientos de organizaciones sin ánimo de lucro de Gipuzkoa ya saben lo que es contar con ayudas económicas de cooperativas fabriles del entorno. Inyecciones no demasiado cuantiosas quizá, pero sí de las que alivian las cuentas y permiten organizar actos deportivos y culturales con una mayor garantía un año tras otro. 

Es la denominada Contribución Obligatoria para Fines de Interés Público (COFIP), una obligación legal para las cooperativas, que deben destinar el 10% de sus beneficios anuales a estos fines. Pero lejos de ser un lastre, está llevando a algunas de estas sociedades a la reflexión, a dar un paso más, y construir una obra social más amplia. Con sello propio. Es el caso de la cooperativa Orkli de Ordizia, que se suma a esta incipiente corriente en la que otras firmas de Mondragon Corporación como los grupos Danobat o Fagor ya se han adentrado previamente. 

La asamblea anual que se celebró el 25 de mayo ya dio su visto bueno y a partir de este año, Orkli financiará con un máximo de hasta 50.000 euros dos proyectos cada año, planteados en el ámbito de Euskal Herria. Hablamos con Alazne Gurrutxaga, gestora de compras de la cooperativa y miembro saliente del Consejo Social; y Marcos Pablo, director de Innovación. Ellos son los responsables de Orklidea, la evolucionada iniciativa lanzada desde el Consejo Social de Orkli.

Danobat y Fagor han servido de referencia a la firma de Ordizia, que impulsará dos iniciativas al año además de las ayudas habituales a un centenar de entidades de Goierri

“Hemos desarrollado un nuevo modo para la gestión de esas ayudas. La fórmula que teníamos hasta ahora se mantiene, porque no queremos perder ese sistema, pero hemos creado una ayuda adicional”, explica Marcos Pablo: “Algo en lo que la aportación de Orkli fuese diferencial. No apoyar de forma puntual una asociación, sino algo que se vincule a Orkli y que sin nuestro impacto no saldría adelante”. 

Gurrutxaga reconoce que el centenar de pequeñas organizaciones que hasta ahora reciben las ayudas de Orkli, de entre 200 y 5.000 euros al año, “están muy agradecidas y recibimos mensajes de agradecimiento, pero más allá de eso, la mayoría de los socios, no sabíamos ni cuánto repartíamos ni qué bien se hacía”.

"El objetivo es que esa aportación social que hoy hacemos se perciba dentro de la empresa también”

Alazne Gurrutxaga - Responsable de la iniciativa Orklide a acción social de Orkli

El dinero que se reparte hoy, añade, “se reparte casi de forma automática: las solicitudes que recibimos, si cumplen las condiciones, reciben el dinero”. Se da cuenta de ellas en la asamblea anual, pero “la visibilización de esas ayudas dentro de Orkli no pasa de ahí”, explican. 

“No solcializamos dentro y el objetivo de Orklidea es igualar el impacto que tiene fuera esa contribución y el que se percibe dentro”, añade Marcos Pablo. El objetivo es “traer otro diálogo a la fábrica”, donde se explicarán y se debatirá sobre los proyectos más interesantes. 

“Seguiremos apoyando a entidades locales, pero se crea una ayuda adicional para todo Euskal Herria”

Marcos Pablo - Director de Innovación de Orkli

Fagor Herrigintza y Danobat Elkarrekin Eragin, son los dos referentes de Orklidea. “El cambio es a ese modelo”, aunque las cifras de Danobat Group, asegura Gurrutxaga, están a otro nivel y “Fagor ha sido una referencia más plausible” para Orkli en este caso. 

En la cooperativa de Ordizia, “cada año repartiremos un máximo de 50.000 euros. En dos categorías: la primera, máximo 15.000 euros; y la segunda, máximo 35.000 euros. Las condiciones serán que sea una organización sin ánimo de lucro. 

Iparralde y navarra

La principal novedad es que “ya no es necesario” ser una organización de Goierri para recibir la ayuda, sino que “se abre a todo Euskal Herria”, explica Gurrutxaga. Gipuzkoa, Bizkaia, Araba, pero también Iparralde y Navarra. Hay que tener en cuenta además que este último es un territorio limítrofe con la comarca de Goierri y con el que existe bastante relación debido a la cercanía geográfica.

El proyecto tiene que estar presentado en euskera y Orkli, como mucho, financiará el 80% del total de proyecto. Marcos Pablo dice que con eso se busca que la organización beneficiaria también trabaje la financiación, “no darle todo hecho”. Pero, por otra parte, la mayor subvención tiene que ser la de Orkli. “Queremos sentir nuestro el proyecto y asumir esa responsabilidad”, añade Pablo.

Las propias personas trabajadoras de Orkli elegirán los proyectos ganadores en las dos categorías: hasta 35.000 euros y hasta 15.000

“Esperamos que nos lleguen muchos proyectos”, confía Gurrutxaga. Se seleccionarán tres finalistas de cada categoría mediante un sistema de puntuación que responde a criterios fijados previamente por la cooperativa, pero la decisión final la tomarán desde el corazón y libremente los propios cooperativistas, los trabajadors de Orkli.

Antes del 31 de agosto

El plazo para recibir propuestas está abierto ya y se alargará hasta el 31 de agosto. En la propia página web de Orkli (Orkli.com) se encuentra el link con el formulario y las bases, pero el “primer contacto siempre será a través del email” orklidea@orkli.es. 

El nombre de la iniciativa, Orklidea, es fruto del trabajo de la bertsolari Oihana Iguaran Barandiaran. “Incluye ‘Orkli’; tiene ‘kide’, de socio y tenemos muy claro que Orkli será ‘bidelagun’ de esa asociación; incluye también el término ‘idea’; y para redondear, está el juego con la flor Orquídea, Orkidea en euskera, esa idea semilla que fecunda y florece proyectos”, explica Gurrutxaga.