El contexto es complejo y la economía vasca ha mostrado su solidez. Hasta el punto que en estos momentos tiene mejor tono que el conjunto de Europa en el capítulo del crecimiento económico y cerrará el año con una tasa de paro del 7%.

El curso político, la legislatura, llega a su fin.

A final de curso siempre hay exámenes.

En breve toca uno, la aprobación de los presupuestos.

Sí, el 12 tenemos el debate de enmiendas a la totalidad y el 22 se aprobarán en pleno.

O sea, al Gobierno Vasco le toca sí o sí la lotería el día 22.

Bueno, espero que les toque la lotería a los ciudadanos, que el presupuesto sea bueno para todos. El proyecto es bueno para las empresas, para los ciudadanos y por las políticas que incorpora.

Los presupuestos se adaptan a los ciclos económicos. Este curso ha sido de desaceleración, el próximo será de mayor crecimiento, ¿cuáles son las claves diferenciales de las cuentas de 2024?

Efectivamente, lo que pasa es que el crecimiento de la economía está dando bandazos desde hace bastante tiempo. Yo diría que desde el año 2008 con la crisis financiera, la gran recesión. Recientemente, con el covid, la economía cayó un 9,6% en 2020, pero en dos años recuperamos lo que se había perdido. Este año estamos creciendo un 1,7% y el próximo prevemos crecer un 2,1%. Son tasas inferiores a las de 2021, pero son muy superiores a las de la economía europea. Incluso podemos felicitarnos, porque el marco europeo y la economía europea condiciona la economía vasca y estamos sacando cabeza, creciendo a mayor ritmo y creando empleo. Espero terminar este año con una tasa de paro inferior al 7%.

¿Y qué novedades va a aportar el presupuesto a ese escenario?

Lo novedoso del presupuesto es que debe financiar adecuadamente las políticas públicas. Eso no parece novedoso, pero es importantísimo. Ese es un primer paso. Otra de las cosas a destacar en el presupuesto de 2024 sería el crecimiento de la inversión, que es más de un 12%. Es muy importante, porque ese crecimiento de la inversión del presupuesto va unido a una dinámica a lo largo de la legislatura. Se puede decir que esta legislatura ha sido la legislatura de la inversión y queda mucho por hacer hasta que termine. La inversión pública había sufrido desde la gran recesión, pero la hemos recuperado de manera importante y consciente, porque creemos que es fundamental para ampliar la capacidad productiva, para poder crecer más holgadamente en el futuro.

¿Es un proyecto de presupuestos válido en el caso de que el próximo Gobierno Vasco tenga que prorrogarlos por no tener mayoría y apoyos para aprobar uno nuevo?

Espero que el siguiente Gobierno tenga mayoría absoluta y no tenga que prorrogarlos, que pueda elaborar otros presupuestos. Sí creemos que este presupuesto es bueno para que el nuevo Gobierno tenga una herramienta para abordar todas las políticas que entendemos que son las que debe abordar. Con todo, si tuviera que prorrogarlo, que no va a ser el caso, sería una buena prórroga.

¿Hay fecha prevista para el arranque del clúster financiero vasco?

Está muy avanzado. El clúster financiero ha costado, no es un tema fácil. Hay que poner de acuerdo y en marcha a muchos agentes. Además hay que definir muy bien qué es lo que se quiere hacer. Estará en marcha en breve, a finales de este año va a estar o a primeros del que viene. Será un instrumento muy importante que servirá para que todos los que participan en él –entidades financieras, Instituto Vasco de Finanzas, family offices, EPSV, Elkargi...– financien proyectos que tengan un compromiso con el país, una continuidad.

Además, hay otras herramientas como Finkatuz, ¿cuándo vamos a ver otra operación?

Dentro de poco se anunciará una nueva operación. Por ahora no lo podemos decir, pero se hará en breve. Finkatuz tiene participación en Kaiku, en CAF y en ITP Aero. Y pronto va a tener una nueva participación, estamos ahí. Hay que estar tranquilos porque no se trata de que, a través de Finkatuz, tomemos participación en un montón de empresas. Hay que hacerlo, primero, en las que quieran y, segundo, en las que tengan riesgo de deslocalización o desarraigo, que consigamos evitar ese riesgo y que esa empresa tenga un futuro en el país.

¿Cómo va el resultado del partido de garantizar el arraigo de las empresas a Euskadi?

Finkatuz nació porque teníamos la sensación de que se había perdido el control de empresas que habían surgido en Euskadi, incluso de la Administración pública, a través de diferentes movimientos empresariales, algunos especulativos. Se detectó la necesidad de tener instrumentos para tratar de que eso no ocurra o que ocurra en la menor medida posible. Desde la administración no puedes controlar las decisiones que van a tomar las empresas. No se trata de coaccionar, estamos tratando de que voluntariamente las empresas decidan tener su actividad, su empleo y su domicilio en Euskadi. Y facilitarles a esas empresas que sea así. Pero no es fácil evitar que algunas decidan invertir fuera.

Se ha mostrado crítico con la amenaza, por decirlo de forma llana, de Repsol-Petronor de paralizar inversiones. ¿Cree que hay riesgo real de que eso ocurra?

Espero que no. Petronor pidió una regulación estable. Es verdad que se ha vinculado al impuesto –formalmente se llama prestación patrimonial no contributiva– que temporalmente ha activado España para las energéticas y la banca. El Gobierno central entendió que por motivos, digamos, entre comillas, extraordinarios, habían tenido unos beneficios extraordinarios a los que cabía plantear una prestación. Es una decisión que el Gobierno de Sánchez adoptó y llegamos a un acuerdo, en la Comisión Mixta del Concierto, para recibir el 6,24% de lo que se recaude. Veremos si se convierte en un impuesto permanente, no depende de nosotros. Pero en todo caso, las inversiones de Repsol, de Petronor o de quien sea, no deben ponerse en cuestión por esto. Esperamos y creemos que no va a tener un impacto en las inversiones de Petronor en Euskadi.

Está pendiente la reforma fiscal, que se ha ido aplazando por diversas causas y que al final, por lo que se escucha, va a ser una puesta a punto del coche, no un coche nuevo.

Ese coche lo van a pilotar otro Gobierno Vasco y las diputaciones. Hay un compromiso para que este año tengamos ya una evaluación, es en lo que está trabajando el Órgano de Coordinación Tributaria con las diputaciones. Posiblemente las decisiones se tomarán en la segunda parte del año que viene. Tampoco quiero avanzar nada, se hará lo que decidan. De momento entramos en 2024 con un presupuesto en funcionamiento. Estimamos que tendremos los recursos suficientes para que ese presupuesto se pueda ejecutar. No hay una urgencia recaudatoria para hacer ahora la reforma. Hay que hacerlo con calma y se va a hacer. No sé con qué intensidad ni a qué figuras tributarias va a afectar. Eso de momento no creo que lo sepa nadie.

Habrá ruido en las diputaciones en las que la coalición PNV-PSOE no tiene mayoría.

Sí, eso es el juego político. No va a ser todo tan fácil, ¿no? En Bizkaia hay mayoría PNV-PSOE como gobierno. En Araba y Gipuzkoa no la hay y eso puede condicionar. Supongo que, los que tengan esa capacidad de ser árbitros, de poder mover en un sentido u otro las propuestas, lo van a intentar hacer. Lo que habrá que hacer es plantear propuestas razonables y satisfactorias por parte del PNV y del PSE, de manera que haya consensos amplios.