Donostia – El Banco de España lleva años acumulando las monedas falsas que pasan por sus cajas, y para acabar con esta situación, a partir de ahora tiene luz verde para entregarlas a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y ordenar su destrucción.

Según una ley de 1975, el Banco de España retira de la circulación las monedas que entren en sus cajas –en muchos casos porque las remiten las entidades– y no superen el proceso de autenticación o no se consideren aptas, es decir, las supuestamente falsas y las deterioradas. La institución que preside Pablo Hernández de Cos ha detectado cada año una media de unas 36.000 monedas falsas en los últimos siete años, aunque con grandes variaciones entre las cerca de 49.500 monedas falsas de 2018, por un importe superior a 97.000 euros, y las 26.175 de 2022, que equivalían a 49.472,5 euros.

Sin embargo, esas monedas se iban acumulando porque no había establecido ningún procedimiento de destrucción para las monedas falsas y después de tantos años se consideraba que era necesario regular este aspecto, lo que finalmente se ha hecho.

Ayer entró en vigor una orden firmada a mediados de junio por la vicepresidenta primera del Gobierno y Ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, sobre el destino definitivo de las monedas falsas. Se trata de una norma dirigida al Banco de España y a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, únicas entidades junto al Tesoro involucradas en el proceso.