Madrid – El veto occidental a las importaciones de crudo ruso ha llevado a Rusia a buscar alternativas para transportarlo hacia Asia, para lo cual utiliza la costa de Ceuta, donde intercambia alrededor de 180.000 barriles al día entre diferentes embarcaciones para ahorrar tiempo y dinero. Durante los últimos meses, el Kremlin ha puesto los ojos en las aguas cercanas a la ciudad autónoma, en el estrecho de Gibraltar, donde realiza el trasvase de crudo entre barcos de distinto tamaño cuyo destino final es principalmente China o India, sus nuevos socios preferentes, reduciendo costes y ahorrando tiempo de transporte.

Según los datos facilitados a Efe por la compañía especializada en servicios de inteligencia para el comercio de energía Vortexa, desde el 5 de febrero Rusia ha realizado hasta 16 operaciones de este tipo en la costa de Ceuta, registrando un volumen récord durante el pasado mes de enero, con 180.000 barriles diarios. Cada barril equivale a 159 litros. Esto ha provocado, según explica a Efe el analista del mercado de crudo de Vortexa, Armen Azizian, que las aguas de Ceuta hayan concentrado el 9% de las exportaciones de crudo ruso provenientes del Báltico en diciembre, algo por detrás de la ciudad griega de Kalamata, otro enclave que ha ganado peso en las últimas semanas hasta alcanzar el 11%.

Este tipo de descargas en alta-mar, conocidas en el sector marítimo como STS (ship-to-ship, barco a barco), consisten en descargar el crudo que transporta un barco a otro que se encarga de llevarlo a su destino final. Concretamente, Rusia carga en el Báltico pequeños buques conocidos como aframaxes, capaces de transportar 700.000 barriles de crudo que zarpan hacia aguas cercanas a la costa ceutí, donde les esperan unos barcos de mayor tamaño conocidos como VLCC (very large crude carrier, por su nombre en inglés) para recibir el crudo.

Una vez realizado el trasvase –hacen falta aproximadamente tres aframaxes para cargar al máximo un VLCC–, los de menor tamaño regresan al Báltico a por más crudo, mientras que los VLCC zarpan hacia su destino final, que en estos momentos se concentra mayoritariamente en China e India. Si el buque de mayor tamaño no está totalmente cargado, puede atravesar el Canal de Suez hasta llegar a India, mientras que si está al máximo de su capacidad bordea África hasta llegar a Asia, explica Azizian.

Actualmente, los datos de Vortexa muestran que hay tres buques que fueron cargados en las proximidades de la costa ceutí y navegan con destino a China –Natalina 7, Lauren II y Monica S–, mientras que otros dos barcos –Catalina 7 y Veronica– se encuentran cerca de Ceuta esperando la llegada de más aframaxes –ya han realizado una carga cada uno–, donde también se acercan nuevos VLCC.

Los tres barcos que navegan hacia China suman una carga conjunta de 6 millones de barriles, para lo cual harían falta diez aframaxes que tardarían hasta cuatro meses en llegar a China y volver al Báltico a por más crudo. Además, los VLCC no pueden cargar crudo en el Báltico debido a su tamaño.

¿Por qué Ceuta?

Condiciones geográficas. La elección de Ceuta no es casualidadd, ya que ofrece unas condiciones geográficas idóneas para realizar estos intercambios. Antes de la guerra, Rusia realizaba el 50% de estas descargas en Dinamarca, pero las autoridades danesas han aplicado estrictos controles marítimos para evitarlo. Entre mayo y agosto de 2022, los barcos rusos comenzaron a descargar cerca de las islas Azores, un enclave que ha perdido fuerza por culpa de las mareas altas.