La empresa familiar vasca afronta un importante problema de relevo generacional, como en numerosas ocasiones ha reiterado, por lo que casos como el de la firma guipuzcoana Unceta cobran mayor valor. Cercana a cumplir 150 años, en la actualidad está dirigida por la quinta generación, de la que dos responsables, Pablo y Borja Garate, explicaron las claves del éxito en una jornada organizada por la Asociación de la Empresa Familiar Aefame en Donostia.

“El secreto es el interés, las ganas de hacer algo para la empresa y para el legado familiar del futuro”, afirma el consejero delegado de Unceta, Pablo Garate, quien añade que en la base se encuentra “el sentimiento de pertenencia y el orgullo”. Borja Garate, su hermano y director general de Sariki Metrología, otra de las firmas del grupo, añade el establecimiento de un protocolo que establezca con claridad y precisión el sistema de adopción de decisiones.

El grupo Unceta, con sede inicialmente en Eibar aunque luego se trasladó a Elgoibar, y formada por la firma de suministros industriales del mismo nombre, la empresa de metrología Sariki y el laboratorio Sarikal, dio entrada en la tercera generación a otra parte de la familia, con lo que comenzaron a surgir diferentes opiniones a pesar de que en ese momento tan solo había cinco accionistas frente a los trece actuales.

En este punto, Borja Garate recuerda cómo la cuarta generación optó por contar con un consejero externo a las dos familias para que realizara las labores de árbitro y mediara entre las diversas visiones empresariales que existían en aquella época. El problema se originó cuando Unceta tardó algo más en salir de la crisis de 2008 y esta persona “se fue corriendo”.

Pablo Garate relata que este suceso provocó un proceso de reflexión entre los cuatro hermanos Garate en el que incluso participó la madre, poco proclive a entrar en estos asuntos. “Mi padre nos dijo que fuéramos una piña, y así hicimos”, señala el consejero delegado de Unceta, quien añade que adoptaron un sistema entre los cuatro por el que las decisiones, para ser tomadas, debían contar con el respaldo de tres de esas cuatro personas.

Este sistema será de gran utilidad en un momento de transición entre generaciones. Pablo Garate explica que la anterior generación, la cuarta, “todavía tiene esa emocionalidad sobre la empresa”, pero la quinta generación formada por los cuatro hermanos Garate y sus primos terceros “no lo vemos”. En su opinión, el grupo Unceta debe valorar la posibilidad de dar cabida a capital externo que le permita un mayor crecimiento.

Garate considera que, al contrario de los que sucede en otros escenarios europeos, el sector del suministro industrial avanzado se encuentra en el Estado muy atomizado, lo que le impide competir con otras firmas de la Unión Europea que se han concentrado y muestran así un mayor músculo.

Momento deseado

Los dos hermanos evocan el momento en el que accedieron en la empresa que, según aseguran, “estaban deseando”. El primero fue Pablo Garate por ser el mayor y haber acabado sus estudios. Borja, diez años menor, afirma entenderlo, ya que “él tenía una década más de experiencia tomando decisiones y a mí me tocaba buscarme un poco la vida por ahí”.

La ocasión le llegaría en 2016, cuando el director comercial de Sariki Metrología se fue a la competencia y, con él, se llevó precios, clientes y parte del equipo, lo que provocó que el gerente externo que en aquel momento se encargaba de esta empresa del grupo Unceta llamara al padre de Pablo y Borja Garate para informarle de que iba a abandonar el puesto en un plazo de dos años.

“Fue un momento de crisis, porque en este sector de la metrología no hay formación específica”, lamenta el consejero delegado de Unceta, quien añade que las opciones eran “o invertir en alguien durante mucho tiempo para que pudiera construir ese nivel de experiencia con el consiguiente riesgo de que se repitiera una salida de la empresa”, o incorporar a Borja Garate que, según afirma su hermano Pablo, “era la decisión más fácil”.

La quinta generación está integrada por personas jóvenes, pero ya miran hacia la sexta generación aunque con no demasiada prisa, puesto que los hijos no superan los once años de edad aunque ambos reconocen que con ella “habrá más posibilidades de que se incorpore una mujer”.

Inicios

Durante su intervención, ambos hermanos narraron los inicios de esta empresa hace 148 años. Juan Pedro Uncetabarrenechea, hermano pequeño de un caserío, tuvo que ir a Eibar a trabajar como marcaban las leyes de mayorazgo. “Lo único que sabía hacer era esquilar ovejas, así que puso una barbería”, bromea Borja Garate.

Para proveerse de cuchillas tenía que ir a Bilbao y sus clientes, al conocer estos viajes, comenzaron a pedirle encargos para sus empresas, lo que derivó en que este emprendedor cambiara su actividad y fundara Unceta, hoy líder en el suministro de herramientas de calidad y bienes de equipo.