La crisis generada por la pandemia de covid no ha logrado doblegar las apuestas de futuro de la economía guipuzcoana que ya se habían dibujado con anterioridad y en la línea de las políticas auspiciadas por la Unión Europea. Entre los ejes estratégicos se encuentra la nueva movilidad que persigue hacer desaparecer los combustibles actuales para progresar hacia una sociedad menos contaminada y más sostenible.
La Diputación de Gipuzkoa tiene en Mubil su centro de operaciones desde el que dirige la estrategia para situar al territorio como referente en este ámbito, pero no es solo la visión institucional la que ha identificado la oportunidad de negocio que representa la nueva movilidad, sino que desde la propia actividad económica surgen proyectos innovadores impulsados por perfiles jóvenes que tienen un carácter pionero y unas altas expectativas de contribuir al desarrollo de la economía guipuzcoana.
Un alto componente tecnológico y una apuesta disruptiva caracterizan a dos de los proyectos guipuzcoanos que se presentaron a la primera edición de los Mubil Mobility Awards, que reconocen las mejores ideas de negocio relacionadas con la nueva movilidad y que compitieron con otros cuatro de Bizkaia, Barcelona y Madrid.
El primer premio correspondió a la firma donostiarra Ecomagnet, pero el jurado destacó el alto valor de todos ellos. Junto con Proven, las propuestas guipuzcoanas demuestran el alto nivel del conocimiento acumulado en el territorio sobre esta actividad.
INVESTIGACIÓN
Porque ambos proyectos coinciden en ser el resultado de años de investigación, con la participación de firmas tecnológicamente avanzadas que han tenido una visión de futuro que ahora se materializa. En el caso de Ecomagnet ha sido el centro tecnológico Ceit quien ha respaldado el proyecto. Los años de investigación han llegado a un punto en el que se veía factible el salto al mercado, y Kenny Álvarez capitaneó este proceso que ahora ha sido premiado por la entidad foral.
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En el caso de Proven, el centro de investigación aplicada Vicomtech con sede en la capital guipuzcoana ha considerado lo suficientemente maduros sus conocimientos como para apostar por lanzar un producto al mercado, y ha sido Oihana Otaegui la que se ha aventurado a materializar el proyecto.
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Estas dos empresas constituyen un ejemplo del tejido productivo que se fomenta en Gipuzkoa, con actividades de alto valor añadido y alineadas con las directrices marcadas desde Europa.