- Desde UPTA-Euskadi evidencian con cifras la cruda realidad que, denuncian, viven día a día los autónomos. El hecho es que la sangría en el tejido empresarial continúa en este 2021 ya que la CAV está a estas alturas del año un millar de autónomos por debajo del nivel de finales de 2020. La bajada desde que comenzó la pandemia supera los 1.700 trabajadores.

Para Silvia Martínez, de UPTA, el descenso manifiesta que la situación del sector sigue siendo muy delicada a pesar de que lo peor de la pandemia ha pasado. El mes de agosto resultó especialmente negativo para el colectivo de autónomos, de forma que el total de profesionales se sitúa en un nuevo mínimo y apenas mantiene el listón de los 168.500.

La pérdida de trabajadores por cuenta propia desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020 es de 1.726. Es una cifra que representa el 1% del sector, lo que visto en perspectiva ofrece lecturas diversas. Es cierto que la sangría es muy relevante pero también es verdad que los incentivos públicos han servido para evitar que el desplome haya sido más pronunciado.

Por otro lado, el número de empresas vascas inscritas en la Seguridad Social bajaba también en agosto hasta quedar en total ese mes en 56.444.

Respecto a febrero de 2020, cuando comenzó la pandemia, a 31 de agosto se registraban 1.949 empresas menos, un 3,3% menos, según datos de Confebask.

La patronal vasca destaca que aunque el ritmo de caída se reduce tanto en Euskadi como en el Estado, comparando los datos de agosto con el nivel prepandemia de febrero de 2020, la reducción del número de empresas se muestra algo más intensa en Euskadi que en el Estado español (-2,1%).

En todo caso, el dato positivo es que desde el mínimo de abril del pasado año (las primeras semanas de pandemia fueron demoledoras para el tejido empresarial) se ha recuperado un 7% de compañías, según los datos de Confebask.

Además, el número de empresas vascas concursadas en el segundo trimestre de este año era de 63, un 8,6% más que en el mismo periodo de 2020, destacando las 107 empresas de servicios concursadas, un 43% más que en los seis primeros meses de 2020.