Sin cambios en la evolución del coronavirus en Gipuzkoa. La detección de casos y la incidencia continúan al alza después de sumarse 10.633 positivos de COVID-19 la pasada semana, marcada por las festividades de Navidad, y la tasa subiera a 2.305 casos acumulados en 14 días por 100.000 habitantes.

La semana del 13 al 19 de diciembre Gipuzkoa detectó 5.946 positivos y la incidencia se encontraba el lunes pasado en 1.570 casos, aunque para el jueves había vuelto a acelerar y situarse por encima de los 1.800.

El Gobierno Vasco ya ha convocado para este martes una reunión del LABI, que sopesa varias restricciones en hostelería y aforos para el periodo navideño.

En un contexto en el que los récords ya terminan siendo relativos porque semana a semana se van batiendo, el pasado día de Nochebuena, a las puertas de los encuentros familiares, fue la jornada con más positivos detectados en Gipuzkoa en toda la pandemia, con 2.038 casos nuevos. Solo el pasado lunes, con 936, la cifra de nuevos contagios se situó por debajo del millar.

Con Orexa como único municipio fuera de la zona roja (la segunda tasa más baja son los 327 de Hernialde), la incidencia también ha crecido a marchas forzadas. Lejos quedan los 1.570 casos acumulados a 14 días por 100.000 habitantes del pasado lunes e incluso los 1.824 del jueves. La incidencia ya supera los 2.305 casos.

Y las previsiones no apuntan a un freno inminente. La tasa de reproducción básica que indica si la pandemia está en expansión o en remisión sigue por encima de 1 (lo que significa la expansión). La tasa en Gipuzkoa se encuentra en el 1,44, superado por Bizkaia (1,56). Con Araba en 1,32, el número reproductivo básico de la Comunidad Autónoma Vasca está en 1,49 tras un ligero descenso desde el día de Nochebuena, que se marcó un 1,57, el índice más alto desde el 22 de julio de 2020.

En el mapa municipal, y más allá de casos como Alkiza, que con 33 casos en solo una semana (casi el 10% de su población) supera los 11.000 casos de incidencia a dos semanas, destaca la situación de municipios como Oñati (436 positivos en los últimos siete días, incidencia de 6.103; población de unos 11.000 vecinos según el Eustat); Arrasate (443 positivos, 3.124 de incidencia; población de 21.700) y Tolosa (418 positivos, incidencia de 3.360; 19.600 habitantes).

Los tres municipios más poblados de Gipuzkoa copan el podio de más positivos la pasada semana: Donostia (2.397 casos, 2.013 de incidencia); Irun (646 positivos, 1.710 de incidencia) y Errenteria (511 casos, tasa de 1.914 positivos acumulados por 100.000 habitantes).

¿Qué suponen estos datos?

Solo el avance del proceso de vacunación permite que con estos números la situación actual en Gipuzkoa sea calificada de difícil, y no directamente de dantesca. A la hora de leer estos datos que semana a semana baten récords conviene constatar que este avance de casos e incidencia no tiene la misma afección en hospitales y UCI como ocurría hace un año. Si entonces de media cada 100.000 infectados 6.100 podían necesitar atención hospitalaria y unas 1.300 podían morir, la realidad entre los vacunados es hoy otra muy diferente.

Ahora bien, el sistema sanitario vasco sufre en su red hospitalaria como hacía meses que no lo hacía: las UCI ya están con unos niveles de ocupación que no se habían visto desde el 25 de mayo (111 enfermos). En planta este domingo había ingresadas 385 personas, lo que no sucedía desde el 6 de mayo de 2021.

El cambio de escenario gracias a la vacunación es tal que afrontamos fechas en las que el número de casos diarios tienen menos relevancia por los cuadros clínicos que generan en la mayoría de situaciones, aunque las cifras de los positivos y la incidencia acumulada siguen siendo claves para gestionar una Atención Primaria más que tensionada. La prueba de la eficacia de la vacunación es clara: el nivel de personas hospitalizadas en mayo de 2021 y hoy es similar con los positivos sextuplicados (en mayo eran entre 2.600 y 5.000 semanales).

En las cuatro primeras semanas de diciembre, en el conjunto de la CAV se ha pasado de detectar 9.608 a 30.753. A la espera de que las comunidades autónomas cierren los datos de la última semana, en las tres primeras semanas en el Estado se ha pasado de 90.000 positivos a 340.000. La ola de los no vacunados ya se ha convertido en la ola de ómicron.

Situaciones muy parecidas a las que ha vivido con varias semanas de antelación Sudáfrica, uno de los primeros países en sufrir la exponencial expansión de la variante ómicron. Con un alto porcentaje de positivos asintomáticos, el país africano ha cambiado su estrategia de rastreos y cuarentenas, por una estrategia de mitigación, que somete a pruebas diagnósticas y aísla por entre 8 y 10 días a los sintomáticos.