- La Confederación de Cooperativas de Euskadi, Konfekoop, celebró hace menos de un mes su Asamblea General ordinaria en Gasteiz, y durante la misma, según recuerda su presidenta, Rosa Lavin, se analizó el papel de estas organizaciones en el ámbito económico vasco. Rosa Lavin Ibarra (Sestao, 1973), economista por la UPV-EHU y directora financiera del Grupo SSI, analiza el panorama actual de este colectivo de la economía social tras la crisis generada por el covid y afirma que "el futuro es para el cooperativismo. En el panorama actual necesitamos compañías cooperativas. Empresas que miren hacia lo local, arraigadas al territorio y comprometidas con el entorno en que operan".

¿Qué aportan las cooperativas en la economía del siglo XXI?

-Desde un punto estrictamente material, esta crisis, al igual que la anterior de 2008, ha puesto de manifiesto que las cooperativas, por su estructura, son empresas dotadas de una gran flexibilidad y resiliencia, claves para poder superar las crisis. Pero es que, además, necesitamos empresas en que las personas trabajadoras participen, de manera plena. Necesitamos crear empresas democráticas porque de esta manera cuidaremos mucho las desigualdades, tan agudizadas en épocas de crisis.

¿Cómo definiría el cooperativismo actual?

-Es un modelo empresarial de gestión participativa, democrática, solidaria y resiliente que, adicionalmente, al menos en Euskadi, es un agente clave en la generación de empleo de calidad y en la regeneración económica sobre la base del compromiso social y ambiental.

¿Qué les diría a los jóvenes que buscan empleo sobre el cooperativismo para intentar atraer su atención como primera opción?

-El cooperativismo es el mejor modelo socioempresarial que existe en la actualidad porque trasciende de la dimensión pura de empresa para impactar a nivel social. Hoy por hoy, es garante de una generación y distribución de riqueza equitativa, ofrece un empleo estable y de calidad, con arraigo y compromiso local y, además, está dotado de una gestión democrática, participativa y solidaria. Todas estas fortalezas las cuidamos y las desarrollamos de una manera consciente. Y creemos que este caldo de cultivo y estos valores están alineados con las inquietudes de la juventud actual.

¿Qué peso económico tiene el cooperativismo vasco hoy?

-Konfekoop, tras la integración, entre otras asociaciones, de Erkide, vertebra todos los sectores cooperativos vascos y creemos que ha conseguido fortalecer el movimiento cooperativo y darle un impulso de cara al futuro. Konfekoop supone una de las agrupaciones empresariales intersectoriales más potentes y representativas de Euskadi, con cerca de 1.300 cooperativas, 59.000 empleos y 11.000 millones de euros de facturación anual, con los datos del pasado ejercicio de 2020. Y con una aportación al Producto Interior Bruto de la CAV de cerca del 6%. Y en este contexto, marcado por la caída de actividad a causa de la pandemia de coronavirus, Konfekoop ha crecido en el número de cooperativas asociadas, 26 más, lo que supone un incremento del 2,1%, con un saldo positivo en la generación de empleo, 2.526 trabajadores más en las plantillas, lo que representa un incremento del 4,5% respecto a 2019. Las cooperativas vascas han creado empleo en un año tan difícil como el pasado.

¿La mayor flexibilidad que muestran las empresas en las que los trabajadores son propietarios se nota en épocas complicadas?

-Sin duda. Ya he señalado que el pasado año las cooperativas vascas crearon empleo. Pero si miramos la evolución del personal de nuestras empresas que han tenido que recurrir a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo ante el descenso de actividad, se ve que en el pasado 2020 un 25% de las cooperativas se acogió a un ERTE, pero esta cifra a finales de año se había reducido al 9%, afectando a una mínima parte de las plantillas. Ahora hay recuperación económica aunque sectores como los ligados al ocio, la restauración y la cultura siguen en una situación complicada.

¿El modelo propio de las empresas de la economía social ha salido fortalecido durante esta crisis?

-Sí. Esta crisis, como la que vivimos en 2008, nos ha puesto a prueba y creemos que el modelo empresarial único que constituyen las cooperativas ha salido fortalecido. El cooperativismo ha demostrado que resiste mejor las crisis. Es un modelo que antepone las personas y que nos ha dado flexibilidad y capacidad conciliadora, y ello nos ha permitido crecer y resistir mejor los embates de la crisis. Es un modelo anticíclico con un compromiso no solo empresarial sino también social. Los cooperativistas han aceptado y puesto en marcha medidas para fortalecer patrimonialmente a las empresas, de contención salarial, de búsqueda de canales cercanos de distribución y mercados de proximidad, han reorientado actividades, han recolocado puestos, aceptado calendarios móviles, etc.

Ahora está de plena actualidad la búsqueda de la participación de los trabajadores en las empresas pero el cooperativismo lleva más de medio siglo de ventaja.

-Sí. La participación de las personas en la empresa cooperativa es plena, política y económica. Participación en la gestión y en las decisiones de la compañía, en el capital de la empresa y en los resultados obtenidos. Es cierto que ahora se ve una apertura en los modelos empresariales tradicionales para avanzar en la participación de las personas trabajadoras. Desde el movimiento cooperativo lo vemos positivamente pero animamos a que se profundice para que sea algo real.

¿Qué pasa con la fiscalidad de las cooperativas, que levanta alguna crítica en las firmas tradicionales?

-Pagamos todos los impuestos y tributos pero es verdad que el Impuesto de Sociedades es algo diferente. Pagamos igual que una sociedad anónima tradicional pero de diferente manera. De nuestros beneficios, excedentes, por ley estamos obligados a detraer un 30%, un 20% va a un fondo de reserva obligatorio no repartible e inembargable, y un 10% para un fondo de contribución social. Esto viene a ser una tasa parafiscal, con lo cual no nos podemos quedar solo con que el tipo nominal del Impuesto de Sociedades es menor en una cooperativa que en una S.A.

¿Qué objetivos tiene para este año?

-Entre los objetivos para 2021 se encuentra participar en la gestión de los Fondos europeos Next Generation EU y en el programa vasco Berpiztu de Reactivación Económica y el Empleo de Euskadi (2020-24). Además, trabajamos para potenciar un tejido empresarial y un modelo que en la crisis se ha puesto en valor como parte de la recuperación, por ser modelo de eficiencia económica y resistencia económica y social, que es lo que ahora, más que nunca, necesita Euskadi.

"En un año tan difícil como el pasado, marcado por la pandemia, las cooperativas vascas han creado empleo"

"Las cooperativas pagamos todos los impuestos como otras empresas, aunque de forma algo diferente"