- El intento de Cristian Lay de devolver la actividad fabril a las instalaciones de Corrugados Azpeitia se convierte en el segundo fallido desde que se cerrara la planta en 2013. Hace cuatro años, el que era propietario de este negocio, el Grupo Gallardo, también encargó un estudio para analizar la viabilidad de sus instalaciones.

La empresa de ingeniería eléctrica y sistema de automatización Aiek integrada en Bascotecnia Group fue la encargada de elaborar un informe sobre el estado de las instalaciones, tras permanecer cuatro años cerradas. Grupo Gallardo se vio obligado a clausurarlas a consecuencia de la anterior Gran Recesión, que afectó de lleno al sector de la construcción que era el principal cliente de este negocio de fabricación de aceros corrugados para edificaciones y otras obras.

Este cierre tuvo un fuerte impacto en Azpeitia y la comarca de Urola Kosta, con el despido de 300 trabajadores y un efecto negativo en las empresas proveedoras de Corrugados, por lo que la intención del Grupo Gallardo de sopesar una reactivación generó expectativas. El estudio se centró en la evaluación del estado de las instalaciones, para pasar a una segunda fase en la que la donostiarra Aiek debía calcular los costes que representaría la puesta en marca con las revisiones y reparaciones necesarias.

Sin embargo, en Azpeitia surgieron suspicacias acerca de la intención real del Grupo Gallardo. Según constató el entonces alcalde de la localidad guipuzcoana, Eneko Etxeberria, otra de las fábricas del Grupo Gallardo, Corrugados Getafe de la comunidad madrileña, se había declarado en huelga para cerrar la firma de un convenio colectivo.

El anuncio del grupo empresarial de reabrir en Gipuzkoa provocó las dudas de que su objetivo único era presionar a la plantilla de Madrid para finalizar esta movilización. No hay que olvidar que tanto la planta de Azpeitia como la de Getafe eran las únicas de Grupo Gallardo que estaban especializadas en corrugados.

Las sospechas iniciales cobran fuerza al constatar que este estudio se quedó en el cajón, y el intento de Cristian Lay ha tomado la misma dirección.