- La Organización Mundial del Comercio (OMC) queda descabezada desde ayer y por un plazo incierto tras la decisión de su director general, el brasileño Roberto Azevêdo, de abandonar su cargo un año antes del fin de su mandato tras ser fichado por la multinacional Pepsi como vicepresidente ejecutivo.

Azevêdo, quien fue elegido para dirigir la OMC en 2013, deja la organización en lo que es, literalmente, su peor momento por su escasa capacidad de concluir acuerdos que favorezcan el comercio global. A partir de hoy la marcha de la OMC dependerá de sus cuatro directores generales adjuntos, que serán los responsables de todas las decisiones hasta que se elija a un director general, lo que debería ocurrir a más tardar el 7 de noviembre si EEUU decide apoyar este proceso.

La OMC estuvo al borde de un cierre administrativo a finales de 2019 por la reticencia de la Administración estadounidense a aprobar su presupuesto, lo que hizo en el último minuto y tras asegurarse de que este no incluía partida alguna para los árbitros del Órgano de Apelación que concluían su mandato.

Esa instancia se ha convertido en el rehén de Trump y el medio a través del cual impide que la OMC cumpla a cabalidad su función de dirimir en disputas comerciales entre los países miembros, ya que su función es emitir dictámenes en última instancia que los estados están obligados a cumplir.

Pero Estados Unidos impide desde el pasado 11 de diciembre el funcionamiento del Órgano de Apelación con su negativa a aprobar el nombramiento de jueces que reemplacen a quienes cumplieron sus mandatos.