- Ya lo avisó la portavoz foral Eider Mendoza en la comparecencia que realizó en julio al analizar los datos de recaudación de la Hacienda foral hasta el 30 de junio. Entonces, las cifras, pese a que eran malas, ofrecieron un respiro al atenuar la brutal caída del mes anterior. Aunque respecto a 2019, lo ingresado en las arcas forales sufrió un retroceso del 11,6%, mejoraba en doce puntos el acumulado hasta mayo. Pese a esta mejoría, Mendoza no lanzó las campanas al vuelo y sostuvo que las previsiones de la Diputación seguían siendo igual de malas, en torno a un 20% menos a final de año respecto al cierre de 2019.

Pues bien, ayer se conocieron los datos de julio, y la recaudación acumulada ha sufrido otro varapalo al caer un 19,9 % durante los siete primeros meses respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, al situarse en 1.831 millones de euros como consecuencia de la crisis generada por la pandemia de COVID-19.

Esta bajada se traduce en 436 millones de euros menos en las arcas públicas respecto a 2019. En el comunicado hecho público por la Diputación, se precisa que la cifra se explica por una “considerable bajada” de los ingresos, que caen un 14,2 %, y una subida de las devoluciones del 1,2 %.

Por impuestos, el impacto de la bajada se deja notar, sobre todo, en los principales tributos, que retroceden debido al golpe económico que provoca la crisis sanitaria generada por la pandemia. En el caso concreto del IRPF y el impuesto sobre patrimonio, hay que tener en cuenta además que este año la campaña se ha ampliado un mes.

En cuanto al impuesto sobre la renta, la Hacienda foral ha recaudado hasta la fecha 17,1 millones más (+2 %) por rendimientos del trabajo. No obstante, el balance del IRPF en su totalidad es negativo, ya que se han recaudado 693,4 millones, esto es, 141,7 menos que en el ejercicio precedente (-17 %).

Los siguientes conceptos se reparten entre IRPF e impuesto sobre sociedades: bajan las retenciones sobre capitales mobiliarios e inmobiliarios, 7 millones (-12,6 %) y 0,9 millones (-3,2 %) menos en total, respectivamente. Las retenciones sobre ganancias patrimoniales, por su parte, crecen en 9,8 millones (+46,9 %).

Respecto al impuesto sobre sociedades, la recaudación líquida se sitúa en 68,7 millones, lo que también supone un descenso del 7,8 % respecto a los siete primeros meses de 2019. En este caso, los ingresos de la cuota diferencial neta se redujeron en 6,8 millones: los ingresos brutos bajaron en 4,3 millones, y las devoluciones subieron en 2,5 millones.

Por otra parte, en lo que respecta al IVA que gestiona la Diputación Foral, la recaudación bajó un 16,6 % hasta los 539,7 millones, es decir, 107,8 millones menos que en 2019.

Los ingresos se han reducido en 74,5 millones (-9 %), se han devuelto 13,3 millones menos (-3,1 %) y los ajustes entre territorios han decrecido en 46,6 millones (-18,6 %).

En los impuestos especiales, la recaudación del impuesto sobre hidrocarburos ha bajado en 40 millones (-16,8 %).

Por último, con relación a los ajustes con el Estado, los correspondientes al IVA bajan en 46,5 millones respecto al año pasado, mientras que los de los impuestos especiales empeoran en 27,8 millones.

Tal y como avisó la Diputación, la recuperación del mes de junio era un espejismo que no alteraba las malas previsiones