- Hoy es un Primero de Mayo atípico, histórico. El coronavirus ha dejado casi todo en segundo plano, pero los sindicatos reivindican su sitio. Cada uno aporta un matiz, pero todos coinciden en que, ahora más que nunca, hay que dejar de lado el individualismo y buscar soluciones colectivas a los problemas sociales. "Y el sindicato es eso, un instrumento colectivo", define Mikel Noval, de ELA.

El sindicato mayoritario comparte cartel reivindicativo hoy con LAB, una novedad en relación a los últimos años. Las dos grandes centrales aber-tzales quieren transmitir una imagen de bloque ante la adversidad y han organizado hoy una iniciativa junto a otras organizaciones (ESK, Steilas, Hiru y Etxalde) para que los trabajadores coloquen en balcones y ventanas un único póster reivindicativo presidido por un arco iris. CCOO y UGT, como viene siendo habitual, celebrarán juntos el Día del Trabajador con manifestación virtual incluida.

Loli García, secretaria general de CCOO-Euskadi, habla de esa transición que viven los sindicatos. Quizá este Primero de Mayo simbolice eso, el cambio. "En el último congreso iniciamos un camino de no retorno de readaptación a un entorno laboral heterogéneo. Nos queda un camino lleno de incertidumbres y ahí nuestra obligación es generar certidumbres para la clase trabajadora", dice.

"Preocupación e incertidumbre, evidentemente", contesta Igor Arroyo, secretario general adjunto de LAB, cuando se le pregunta cuál es el sentir general de los trabajadores en estos momentos. "También hay mucho enfado. Se ha impuesto un riguroso confinamiento mientras a la patronal se le ha dado vía libre para despedir, aplicar ERTE o seguir con la producción sin medidas de salud y seguridad", reprocha Arroyo. "Miles de policías y militares en las calles pero a su vez la Inspección de Trabajo ni siquiera acudía a una fábrica para verificar la falta de medidas de protección".

Brota entre el miedo y el enfado una "conciencia comunitaria y el orgullo de clase". "Hemos visto que, a la hora de la verdad, lo esencial son los trabajadores y sobre todo las trabajadoras. Un trabajo invisibilizado y precarizado que urge dignificar", dice el número dos de LAB.

"En la huelga general del 30 de enero reivindicamos un sistema público, universal y gratuito de servicios sociales. El COVID-19 no hace sino reafirmar la necesidad de avanzar en esa dirección", remarca Noval, responsable del área social de ELA. "El contexto ha cambiado pero nuestras demandas son las mismas: la prioridad de lo público, la centralidad de los cuidados, la exigencia de mejorar las prestaciones sociales y dar marcha atrás a los recortes en la RGI, y la necesidad de aumentar los impuestos a las rentas altas, a las empresas y el capital".

Los sindicatos señalan a los recortes como uno de los grandes males de la última década. "Ningún sistema sanitario de Europa estaba preparado. Dicho eso, existe una responsabilidad política por parte de los gobiernos, que tras la crisis de 2008 se dedicaron a aprobar recortes", dice Noval, que apunta a "los partidos sistémicos". "La lección es clara, pero no vemos a ningún gobernante que asuma sus responsabilidades", lamenta.

Arroyo incide en las "insuficiencias" del sistema sanitario "tras años de recortes" y señala al Ejecutivo de Iñigo Urkullu. "En la CAV también se han desmantelado ámbitos estratégicos para el bienestar de la población", critica. "Tras esta crisis va a existir una mayor conciencia. Ahora se trata de organizarse para generar un nuevo modelo económico y social que ponga la vida en el centro", añade.

Hecho el diagnóstico común, el sindicalismo vasco se perfila en los dos bloques tradicionales a la hora de proponer soluciones. Las fuertes críticas de ELA y LAB hacia los gobiernos contrastan con una posición más conciliadora de CCOO y UGT, que aplauden algunas medidas impulsadas tanto en Madrid como en la CAV. Loli García pide un plan de estímulos para salvar empresas y puestos de trabajo en los sectores que más tiempo van a estar sin actividad y reclama impulsar la industria y los servicios públicos. "Se ha abierto una crisis social y también ideológica. Se han abierto muchos interrogantes tras el ejercicio de vulnerabilidad colectiva que hemos sufrido, y eso requiere actuaciones expresas", dice la sindicalista.

Raúl Arza, líder de UGT-Euskadi, pone en valor los acuerdos para mejorar la protección de ciertos colectivos, como ha sido el caso de los trabajadores con contrato de prueba, y propone seguir avanzando en esa dirección. Plantea por ejemplo un nuevo modelo de ERTE poscoronavirus que prolongue las ayudas facilitadas durante la pandemia a través de los expedientes de fuerza mayor. "El objetivo tiene que ser mantener todo el empleo posible y, cuando no sea así, garantizar la cobertura vía desempleo o ayudas sociales", declara Arza, que traslada una reivindicación también a Lakua para que Lanbide complemente los ingresos de los trabajadores en ERTE.

Además de reforzar el sistema público, Arza pide "una reflexión" sobre ciertos contratos a empresas privadas en sectores sociosanitarios que han revelado deficiencias, como las residencias, las ambulancias o la limpieza de hospitales. "Han primado el coste económico y eso ha tenido repercusiones", denuncia.

¿Qué pasará con los sindicatos? ¿Tienen músculo para resistir a la crisis que se avecina? La pérdida de ingresos de muchos trabajadores puede mermar la afiliación, pero en un contexto de incertidumbre como este el asesoramiento sindical es si cabe más necesario. Arza aclara en primer lugar que UGT-Euskadi no tiene previsto aplicar un ERTE como sí ha hecho el sindicato en Catalunya. A partir de ahí, recuerda que miles de trabajadores, sobre todo temporales, van a quedar en el paro en un proceso que en ocasiones no se ajusta a la ley, por lo que habrá una oleada de reclamaciones que de la mano de los sindicatos.

En esa línea, Loli García asegura que no se está percibiendo una caída de la afiliación estas últimas semanas. "No nos preocupa, lo importante es que los trabajadores estén protegidos y, en estos momentos, el sindicato es más necesario que nunca", dice la secretaria general de CCOO-Euskadi, que como el resto de centrales ha tenido estos días que afinar el trabajo vía telefónica, redes sociales y correo electrónico.

"En los últimos dos años hemos renovado nuestro modelo sindical, ofreciendo herramientas concretas a los diferentes sectores, con especial atención en jóvenes y mujeres. La crisis sanitaria nos reafirma en esta vía", dice Igor Arroyo.

"En estos momentos en los que es más difícil la socialización con otras personas existe el riesgo de la individualización. Ante ello tenemos que tener claro que para la lucha colectiva es más necesaria que nunca. Y el sindicalismo, y ELA en concreto, es eso, un instrumento colectivo que tiene que adaptarse a la situación que vivimos", concluye Noval.

Homenaje de UGT. Este día 4 se cumplirán 130 años desde que Bilbao celebró por primera vez el Primero de Mayo en recuerdo de los obreros asesinados en Chicago, en EEUU, por participar en una huelga en defensa de la jornada de ocho horas. Aquella convocatoria de 1890, liderada por el Partido Socialista y una incipiente UGT, se celebró el domingo 4 porque el 1 no era festivo como ocurre ahora. "Teníamos varias cosas previstas como homenaje que, en esta situación, no vamos a poder hacer", dice Raúl Arza.

"Algunas empresas del sector sociosanitario han primado el coste y eso ha tenido repercusiones"

Secretario general UGT-Euskadi

"Se han abierto muchos interrogantes ante la vulnerabilidad colectiva que nos exigen medidas"

Secretaria general CCOO-Euskadi

"Entre los trabajadores hay incertidumbre y enfado, pero también surge el orgullo de clase"

Secretario general adjunto de LAB

"El COVID-19 no hace sino reafirmar la necesidad de unos servicios sociales fuertes y gratuitos"

Responsable del Área Social de ELA