donostia - Las ventas de las empresas vascas al exterior salvaron el tipo el año pasado. En un contexto internacional marcado por la inestabilidad, Euskadi mantiene su motor exportador a un nivel de revoluciones muy próximo al récord de 2018. La bajada de cuatro décimas se explica por el frenazo de la automoción y por los refinados de petróleo, lo que sitúa el foco negativo en dos herrialdes como son Araba y Bizkaia. El primero por contar con fábricas como Mercedes o Michelin y en el caso vizcaíno por el peso específico de Petronor. Gipuzkoa, en cambio, registra un fuerte incremento de las ventas al exterior principalmente por el tirón de CAF.

En el caso alavés la caída, del 3%, tiene que ver con la tendencia a la baja que mantiene el sector del automóvil por las dudas generadas en torno al futuro del diésel. En el conjunto de la CAV la venta al exterior de vehículos de menos de diez personas -el segmento con más peso en la balanza comercial- baja el 4%, mientras los componentes de automoción, otro de los engranajes de la industria vasca, lo hace casi el 6%. Además, los vehículos para transporte de mercancías caen casi el 10%.

En el apartado negativo hay que resaltar también las fuertes bajadas de los productos refinados de petróleo (gasoil y gasolina), lo que atañe directamente a Petronor, que lastra el balance del año del territorio vizcaíno (-7%). Bizkaia sufre también el mal dato de los componentes de automoción y, a nivel siderúrgico, el desplome prácticamente a la mitad de los tubos sin soldadura.

El dibujo global arroja así un descenso anual en el total de ventas al extranjero del 0,4%, tal y como recogen los datos de Eustat. El volumen total de productos exportados (25.397 millones de euros) queda así a solo 100 millones del nivel de 2018, que se mantiene como récord absoluto. Hay que recordar que el techo de 2018 se construyó a partir del máximo histórico que se había alcanzado el ejercicio anterior, lo que da más valor al hecho de que, en un contexto adverso, Euskadi haya logrado cerrar este último año muy cerca de ese nivel.

En cuanto a los destinos de los productos vascos, Francia y Alemania siguen siendo los socios preferentes con un ritmo muy similar al de 2018. Eso significa que, a pesar de que ambas economías europeas han dejado entrever debilidades en los últimos trimestres, sobre todo en el apartado industrial, las relaciones comerciales con Euskadi son estables.