oiartzun - Adur Letamendia es la cara más visible de Pukas pero junto a él trabaja un equipo muy joven de primos que garantizan el relevo generacional de una empresa familiar en la que también se mantienen en activo los fundadores de la firma guipuzcoana.
“El éxito en nuestro caso está precisamente en ese mix” entre dos generaciones, afirma Letamendia, quien explica que la experiencia de los primigenios se compagina a la perfección con las nuevas ideas que aportan los más jóvenes.
“Cuando sabes mezclar las dos cosas suele dar muy buen resultado, y es nuestro caso”, admite, dado que es la fórmula más adecuada para evolucionar en un negocio a través de nuevas propuestas sin perder de vista el aspecto más “serio” de las finanzas y la contabilidad.
Pukas ha sido un actor principal en la introducción de la cultura del surf en Euskadi. Letamendia data en 1973 la primera tabla fabricada con esa marca por parte de su padre, que ese año abandonó su puesto de jefe del economato del Hotel Niza de Donostia para viajar a Cantabria y comenzar a diseñar tablas. Seis años más tarde, en 1979, se unió al proyecto su hermano y crearon oficialmente Pukas.
Adur, representante de la segunda generación, considera que su entrada y la de sus primos en la empresa se realizó de modo natural, puesto que en sus casas se ha vivido el surf desde que eran muy jóvenes.
Esta misma pasión fue la que logró situar a Zarautz como referente de este deporte en el norte peninsular, puesto que los fundadores de Pukas fueron quienes atrajeron a grandes figuras a la localidad guipuzcoana fruto de las relaciones mantenidas años atrás en Cantabria, donde en esos primeros años “eran como una comuna, todos se reunían e intercambiaban experiencias en una época en la que no existía Internet y las revistas de surf eran oro y se paseaban muchísimo”.
Luego llegaron los campeonatos en Zarautz, en un inicio de carácter estatal pero que pronto adquirieron un matiz internacional que logró introducir esta cultura en tierras vascas. - M.M.