dOnostia - Los buenos datos de recaudación fiscal y el acuerdo con el Estado para la actualización del Cupo permitieron al Gobierno Vasco reducir en 396 millones de euros la deuda prevista el año pasado. Gracias a ese ahorro se consigue mantener a raya el saldo de endeudamiento vivo, que se sitúa ligeramente por encima de los 9.000 millones. Euskadi frena de este modo el crecimiento del dinero que habrá que devolver los próximos años y mira al futuro con algo más de holgura en el gasto.

El consejero vasco de Hacienda y Finanzas, Pedro Azpiazu, explicó ayer al término del consejo de Gobierno las claves del ejercicio que se acaba de cerrar. Si se analiza 2017 desde un punto de vista estrictamente contable, siguiendo las normas que dicta Europa, el Gobierno Vasco bajó la persiana presupuestaria con un superávit de 1.074 millones, un 1,5% de su PIB.

Sin embargo, en ese balance está incluido todo el montante del acuerdo para la actualización del Cupo, cuando los ingresos y gastos derivados del mismo se reparten en varios ejercicios.

De modo que si se distribuye el impacto del acuerdo en función del periodo real en el que se liquida, el balance se desinfla y el “superávit real” rondaría los 295 millones de euros, un 0,41% del Producto Interior Bruto.

Al margen de esa maraña contable, Azpiazu calificó de “extraordinario” y “fuera de lo normal” el ejercicio presupuestario de 2017. El Gobierno Vasco contó el año pasado con una capacidad de gasto de 11.513 millones de euros, 453 millones más de lo inicialmente previsto gracias a que las diputaciones forales recaudaron por encima de lo previsto y a que se zanjó el desacuerdo que mantenía desde 2007 el Gobierno Vasco con el de España en torno al dinero que tiene que aportar Euskadi al Estado.

Con esa energía adicional, el tren del presupuesto vasco llegó a su destino con un grado de ejecución del 97%. Y ese desfase testimonial está motivado por las obras de la Y ferroviaria vasca -condicionadas por retrasos y suspensiones de algunos tramos- y las amortizaciones de deuda -que fueron menores por la novación de un crédito ya concedido-.

protección social El porcentaje de ejecución alcanzó el 100% en Sanidad, Educación y ayudas sociales y para el empleo. De forma que, según afirmó el consejero de Hacienda, se han mantenido “en su totalidad” los programas en los que se basa “el modelo vasco de protección social y de desarrollo económico”. Todo ello reduciendo al mismo tiempo el lastre a futuro del endeudamiento público y eliminando tensiones en los próximos Presupuestos. Una cuestión clave porque, según las previsiones que maneja Pedro Azpiazu, las Cuentas Públicas del próximo año tendrán mayor margen de inversión si la economía vasca sigue creciendo por encima del 2% y la recaudación fiscal se mueve en sintonía.

En ese caso, Euskadi podría empezar ya a reducir el saldo vivo de su deuda y al mismo tiempo mantener la tensión del gasto social. El ahorro de deuda logrado el año pasado facilita el tránsito a ese escenario.

Según los cálculos iniciales, el endeudamiento neto iba a aumentar en 583 millones el año pasado, pero se paró el reloj en 321 millones, la cifra más baja desde el inicio del rally de deuda en 2009.