donostia - Al Gobierno Vasco, -al departamento de Desarrollo Económico que encabeza la consejera Arantxa Tapia, en concreto-, se le acumula el trabajo estos días pues varias empresas industriales vascas atraviesan serias dificultades pese al contexto de recuperación económica en el que se mueve Euskadi, con crecimiento del PIB que se acercan al 3%.

Dos de las compañías en proceso concursal y con graves problemas son Muebles Xey y CEL, empresas que han estado participadas por el Gobierno Vasco como accionista. Entre ambas hay un colectivo de más de 400 trabajadores (170 y 254, respectivamente) cuyos empleos están en el alero desde que los socios privados, y mayoritarios, de las citadas compañías decidiesen no seguir adelante con el proyecto empresarial por su falta de rentabilidad.

El Gobierno Vasco, que llegó a contar con el 30% del capital en Xey y con el 40% en CEL, ya ha demostrado su apoyo a las compañías con su participación en el capital y con su disposición, en su momento, a participar eventuales ampliaciones de capital siempre y cuando los dueños mayoritarios, los socios privados, hiciesen lo mismo, algo que rechazaron lo que ha abocado a estas empresas a la liquidación en un caso y al proceso concursal en el otro.

En el caso concreto de Xey, el accionista mayoritario, el grupo Mobiliario del Urola propietario de la marca guipuzcoana de muebles de cocina y baño, en concurso de acreedores desde el pasado 1 de junio, ha comunicado a la representación de los trabajadores el cierre.

Responsables de la compañía se reunieron con el comité de empresa para anunciarles que Xey entrará en liquidación, lo que supondrá el despido de sus 170 trabajadores, 140 de los cuales pertenecen a la fábrica de Zumaia, según Aitor Iturain, de ELA.

Los trabajadores de Xey llevan toda la semana en huelga porque consideran que la empresa es viable pese a sus problemas de liquidez y su elevada deuda que, según Efe, la administración concursal considera que es de unos 30 millones de euros.

Según fuentes sindicales, la facturación ha pasado de 12 millones de euros en 2012, cuando se cambió de dirección, a 25 millones de euros el último año. El representante de ELA señaló que lo que necesita Xey es “que se reflote con algún inversor que esté por la marca”. Dado que el Gobierno Vasco mantiene un 30% del capital, la representación de los trabajadores ha solicitado una reunión con el Departamento de Desarrollo Económico para tratar la situación.

Fuente del citado Departamento confirmaron ayer que el Ejecutivo vasco siempre ha trabajado en la búsqueda de un inversor para Muebles Xey y durante el proceso de liquidación lo seguirá haciendo para “dar con la mejor de las soluciones”. Las mismas fuentes recordaron que Lakua siempre ha estado dispuesto a realizar una ampliación de capital, pero es algo que no han querido asumir los accionistas privados.

Por otra parte, la situación en la compañía del sector papelero CEL Technologies & Systems, la antigua Virtisú, también es muy complicada tras quedarse uno de los socios privados con el 100% del capital, que ha entrado en proceso concursal.

movilizaciones Para evitar que la situación industrial degenere aún más, los trabajadores de CEL se movilizaron ayer por la capital vizcaína para exigir al Gobierno Vasco y a la Diputación de Bizkaia el restablecimiento del suministro de energía eléctrica en sus dos principales plantas, sitas en Zalla, cortado desde el pasado mes por un impago de facturas que se remonta a enero, cuando el Ejecutivo de Gasteiz aún era socio mayoritario.

El grupo Cel Technologies & System, que fabrica pasta destintada, bobina madre de tisú y diferentes productos de celulosa, además de jabones líquidos y en espuma para consumo profesional, cuenta con cuatro plantas de trabajo repartidas entre la localidad alavesa de Artziniega y las vizcaínas de Zalla y Güeñes, y una plantilla de 254 trabajadores.

El grupo ha facturado 17 millones de euros en el primer trimestre de este año 2017, según el presidente del comité de la planta de Ecofibras Aranguren, Asier Prado.

El Gobierno Vasco, que contaba con un 40% del capital a través de la sociedad de capital riesgo Ezten, como Indarkia, con un 45%, salieron del capital en mayo pasado, y quienes ostentaban el 15 % pasaron a controlar la compañía CEL.