BILBAO - La fundación BBK creará un fondo que espera dotar con un mínimo de 100 millones de euros en los próximos cinco años -a veinte millones anuales-, un dinero que dedicará a comprar participaciones en empresas locales.

Así lo anunció ayer el presidente de BBK, Xabier Sagredo, que explicó que el objetivo del fondo es percibir en el futuro dinero de estas empresas para “blindar” la obra social de la BBK, cuyos únicos ingresos actualmente son los procedentes del banco Kutxabank.

Este “fondo de estabilización”, como se va a llamar, se va a constituir gracias al margen que tendrá la BBK, tras aprobar el pasado viernes el Gobierno central el decreto que amplía el plazo de constitución del fondo de reserva de las fundaciones bancarias (BBK) que controlan entidades de crédito (Kutxabank). La fundación BBK es propietaria del 57% de Kutxabank, mientras que Kutxa tiene el 32% y la Vital el 11%.

El decreto flexibiliza la situación para BBK y Kutxabank mediante dos vías: alarga en tres años -de cinco a ocho-, los plazos para dotar el fondo de reserva de Kutxabank, y rebaja las condiciones, ya que ahora la BBK deberá destinar al mismo el 30% de los dividendos cobrados desde el banco, y no el 50% fijado con anterioridad.

En dinero, el fondo de reserva son 235 millones -de los que BBK ya ha puesto 57-, a dotar ahora en ocho años. Este año, tenía previsto dedicar 47 millones al fondo, pero con las nuevas condiciones, tendrá que poner solo 27. Con estos veinte millones anuales que BBK se va “ahorrar” en las aportaciones se va a crear este fondo de participaciones industriales. La suma de los cien millones en cinco años son un importe “mínimo”, explicó Sagredo.

Otra ventaja del alargamiento de plazo es que Kutxabank no tendrá que “estresarse” en la obtención de dividendos para dárselos a su principal accionista, BBK. El fondo de cien millones se va a invertir en empresas locales, siempre con criterios de prudencia. Sagredo no quiso adelantar si parte de este dinero se va a destinar a comprar las acciones que Kutxabank tiene todavía en empresas como Iberdrola o Euskaltel, de las el banco tiene que deshacerse gradualmente por imperativo del Banco de España. El nuevo fondo “puede invertir, o no, en las participadas de Kutxabank”, comentó.

El fondo de participaciones en empresas tiene dos objetivos: primero, diversificar los ingresos de la obra social, garantizando así su estabilidad, y segundo, el apoyo a proyectos empresariales locales, contribuyendo además a asentar los centros de decisión en Bizkaia.

El objetivo es aumentar en el futuro la obra social, que con la crisis se quedó en unos 30 millones anuales. El año pasado, Kutxabank dio 71 millones de dividendos a BBK: 47 se fueron al fondo de reserva, citado, y 30 millones la obra social, de manera que ésta tuvo seis millones de déficit, cubiertos con reservas de la propia BBK. Este año la obra social ha subido a 37 millones.

El objetivo, concluyó Sagredo, es “incrementarla gradualmente en la medida en que las rentabilidades que generan las inversiones del fondo de estabilización lo permitan”. - Efe