“Se puede hacer, pero con un guía que te ayude”
Mikel Agote y Johnny Cabianca han creado Basque Country Surf en un taller de 300 metros cuadrados en Zarautz donde elaboran tablas de surf personalizadas con una plantilla de cinco personas.
Mikel Agote no es un advenedizo en el mundo del surf. Su profesionalidad como constructor de tablas personalizadas estaba contrastada tras dedicar media vida a esta actividad, como también la de Johnny Cabianca. Pero hace algo más de un año ambos decidieron dejar sus trabajos por cuenta ajena, asociarse y crear Basque Country Surf, un negocio ubicado en Zarautz en el que mantienen su actividad principal y fieles clientes que confían en su experiencia.
“Llevaba muchos años trabajando para otros y quería hacerlo para mí”, es la razón que aporta Agote para explicar su decisión. En este caso, su larga experiencia en el sector representó una ventaja, ya que “conocíamos el producto y el mercado”. El problema, sin embargo, no tardó en presentarse al comprobar que “después de ahí, el vacío, porque no teníamos experiencia en el mundo empresarial ni a nadie que nos aconsejara”.
Mikel Agote y su socio emprendieron entonces un camino “agotador”, en el que “había noches que dormías mal”. Afortunadamente, según recuerda, tenían muy “masticado” el producto y el servicio que iban a ofrecer, porque en el caso contrario “estás perdido”. “Cuando inicias un negocio, todas las horas las tienes que dedicar a trámites y papeleo”, en una labor en la que se consume “mucha energía que podrías invertir en tu producto”.
El asesor y constructor de tablas de surf considera que el principal obstáculo que ha hallado ha sido la falta de “un entrenador que te guíe” en el proceso de constitución de su empresa, “por lo menos los seis primeros meses” para poder centrar la atención “en lo que va a ser tu medio de vida”.
Entre las diversas ocasiones en las que echó en falta un asesor empresarial fue en el momento de formalizar los trámites para iniciar la actividad. “El tema de los papeleos es bestial”, asegura, para añadir que “es mucho trabajo y muy pesado, además de llevarte mucho tiempo” que considera malgastado porque podría invertirse en ideas empresariales.
financiación Respecto a la obtención de dinero para financiar el proyecto, Agote reconoce que en su caso no tuvo demasiadas dificultades. “Las ayudas económicas están bien, pero mucho mejor el asesoramiento”, reitera.
“Procedo de una familia humilde, y todos me ayudaron” en su medida. Junto a esta vía, tanto el emprendedor como su socio Cabianca utilizaron otras alternativas como el crowdfunding para poder financiar el taller de 300 metros cuadrados donde desarrollan su actividad y la compra de máquina herramienta que les permita fabricar las tablas de surf a la medida de las necesidades del cliente.
No obviaron otros métodos más tradicionales como acudir al banco. “Los bancos están bien porque te ponen firme”, asegura Agote, quien reconoce que en sus conversaciones con las entidades financieras descubrían información “que no sabías”. El problema en este caso fue que “no veían nuestro modelo negocio, no entendían una empresa que hace tablas de surf”.
El lado institucional, cuyas puertas también llamaron, tuvo resultados desiguales. “Hay ayudas económicas, pero con letra pequeña porque en algunos casos o bien llegan tarde, o bien te quedas fuera si no perteneces a la zona que marcan”, señala el emprendedor.
El camino de constitución de una empresa no ha estado exento de complicaciones para Mikel Agote y Johnny Cabianca, pero el primero admite que existen “facilidades y también dinero”. El problema, en su opinión, se refiere más al asesoramiento y al hecho de que “te queda la duda de si realmente saldrás adelante, porque lo arriesgas todo”.
Uno de los aspectos más positivos que resalta es que durante el proceso “he encontrado gente estupenda que me ha ayudado mucho” lo que, unido a que “tener un socio es un apoyo, porque cuando tienes días malos está ahí para animarte”, ha contribuido a crear una empresa, Basque Country Surf, que da empleo a cinco personas en Zarautz. l