donostia - La revisión del catastro que se ha desarrollado entre el pasado año y el ejercicio presente, y que se encuentra próxima a finalizar, es uno de los objetivos fijados por la Diputación Foral de Gipuzkoa para cumplir con la ley, por un lado, y para mantener los precios de los suelos adaptados al mercado.
La anterior revisión se realizó en 2001, tras diez años de concienzudo trabajo. La ley obliga a renovar el catastro cada ocho años, y así se comenzó a hacer en 2009 pero, según explica Mikel Mendizabal, irrumpió la crisis y se paralizó porque los precios se distorsionaron con esa especial situación.
Una vez estabilizados tras haber iniciado la economía la senda de la recuperación, el departamento foral de Hacienda decidió retomar esta labor. Durante estos meses, los responsables de la revisión han tomado como base la importante labor que se realizó en 2001 para poner al día las valoraciones de las fincas.
Mendizabal explica que el principal instrumento es el parcelario gráfico, donde se reflejan todos los inmuebles de Gipuzkoa y que tienen diversos colores en función de sus características. Este parcelario está disponible en Internet, y toda la ciudadanía puede consultarlo libremente, lo que convierte a Gipuzkoa en el único territorio del Estado que ofrece este acceso libre.
Junto con esta herramienta, los encargados de la revisión catastral cuentan con información adicional gracias a su relación con notarios y registradores de la propiedad. Estos colectivos de profesionales realizan altas y bajas de inmuebles que ayudan a identificarlos posteriormente.
Sin embargo, la principal fuente de información según afirma Mendizabal, son los consistorios guipuzcoanos, cuyo “trabajo es fundamental”. “Son ellos los que dan las licencias de construcción y tradicionalmente han cuidado muchísimo esta cuestión”, asegura. - M.M.