donostia - La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, dio ayer un giro de tuerca a la apuesta del Gobierno por estimular las fusiones entre empresas y trasladó esa dinámica al ámbito de los clústers. Tapia aseguró que es el momento de “traspasar los límites de los sectores” y empezar a trabajar “en modo interclúster”. Las empresas vascas necesitan “cooperar más que nunca” para ganar competitividad y una dimensión que permita a las compañías “ser alguien en Europa y el mundo”.
La máxima responsable de la política industrial de Euskadi escogió la celebración del 25 aniversario de la puesta en marcha de la política vasca de clústers para poner de relieve uno de los retos que deben afrontar las asociaciones sectoriales. En el acto se rindió homenaje al exvicelehendari Jon Azua, la persona que apostó decididamente por el modelo y consiguió que Euskadi fuera pionera en su aplicación.
La directora de Orkestra, María José Aranguren y el director general de Spri, Alex Arriola, también pusieron en valor el éxito de aquella apuesta. El presidente de TCI-Network de Harvard Business School, la red de competitividad e innovación de la prestigiosa Universidad británica, Christian Ketels, destacó la capacidad de Euskadi por crear un “modelo propio” de clústers. “Todos debemos aprender de la experiencia vasca”, afirmó.
el papel del concierto económico La consejera de Desarrollo Económico inició el acto con una defensa encendida del Concierto Económico. El Gobierno Vasco se ha movilizado ante los últimos ataques que ha recibido y Tapia incidió en ese frente ligándolo con el desarrollo industrial y económico, el bienestar social, pero también con la gestión: “No estaríamos aquí si un buen desarrollo del Concierto y el Estatuto, pero es un sistema de riesgo, tampoco estaríamos donde estamos ahora si lo hubiésemos desarrollado mal”.
El respaldo a la política de clústers forma parte de esos aciertos en la gestión de Euskadi, reconocieron Ketels y el padre del modelo, Michael Porter, que se unió a la celebración a través de un vídeo. Sin embargo, la gran virtud de un clúster es su capacidad de adaptación y tras la consolidación -“han sobrevido ustedes 25 años”, elogió Ketels ante una audiencia básicamente compuesta por los responsables de los 22 clústers vascos-, llega una nueva fase de crecimiento.
El horizonte hacia el que hay que moverse está claro. “Tendremos que traspasar los límites de nuestros sectores y clústers naturales y trabajar en modo interclúster, combinando y agregando capacidades, configurando proyectos compartidos, convergiendo en actividades y logrando una dimensión óptima para abordar los nichos de oportunidad globales que se han identificado”, manifestó Arantxa Tapia.
La consejera aseguró que en un plazo de 10 o 15 años tanto las empresas como los propios clústers deberán dar pasos para buscar un tamaño “que nos permita ser alguien en Europa y en el mundo”.
Para ello, será necesario cambiar las políticas públicas y Tapia avanzó que la nueva regulación de los clúster, que entrará en vigor en 2016, reforzará el alineamiento de los clústers con la estrategia de manufactura inteligente pero también facilitará la creación de clústers y asociaciones de mayor dimensión, así como el “trabajo en modo interclúster”. Del mismo modo, será necesario a su vez que las empresas y las asociaciones sectoriales “rompan inercias” y apuesten por estrechar su colaboración y por alianzas que les permitan ganar tamaño.
Durante su conferencia, Ketels animó a los clúster vascos a “abrirse, mirar hacia fuera”, integrarse en redes internacionales y colaborar con los sistemas de innovación de España y Europa. El profesor de Harvard también destacó la puesta en marcha del Instituto Vasco de Competitividad Orkestra, otro paso en la dinámica de implantar un modelo propio de clúster.