donostia - La crisis del sector lácteo ha llegado a la Unión Europea, donde los ministros de Agricultura de los Estados miembro celebran reuniones para tratar de encontrar una salida que satisfaga a todas las partes. Los sindicatos agrarios vascos también tienen sus propuestas, aunque difieren según la central sindical.

ENBA defiende que la solución se encuentra en los propios ganaderos, a quienes recomienda que se agrupen en cooperativas en otras regiones para ganar un volumen que les permita negociar precios en condiciones, mientras que califica de necesarias pero secundarias las políticas que se puedan tomar por parte de las administraciones, dado que su capacidad de influir está limitada.

EHNE, en cambio, considera apremiante establecer un precio mínimo del litro de leche, pero apela a las administraciones tanto estatal como de la CAV y Navarra para que elaboren una política más amplia que no se quede con esta medida específica, sino que proteja al conjunto del sector para garantizar su supervivencia.

Xabier Iraola, coordinador general de ENBA, recuerda que el sector lácteo en Gipuzkoa, sin encontrarse en su mejor momento, ha podido bandear mejor la crisis láctea gracias a que el 100% de los ganaderos se integra en una cooperativa que gestiona todas las fases del proceso, es decir, la producción, el envasado y la distribución y comercialización. En Bizkaia este porcentaje es del 60%, mientras que tan solo uno de cada diez ganaderos alaveses es cooperativista.

Este control sobre toda la actividad les permite obtener precios por litro más competitivos, aunque “el haber hecho los deberes no garantiza por completo nada”. Según indica Iraola “trasladamos a todos los ganaderos nuestra solidaridad, pero también les queremos decir que la solución depende de ellos mismos y que, quien no tenga una cooperativa, que la cree o que se incorpore a la que exista”.

Reconoce que en determinados momentos los productores pueden ganar menos porque la cotización de la leche es alta, pero cuando llegan momentos difíciles como los que se viven actualmente los ganaderos tienen garantizados unos precios adecuados para proseguir con su actividad.

Iraola llega más allá y recuerda que, aunque en Gipuzkoa la situación es mejor al encontrarse todos en una cooperativa, Kaiku, “hay que seguir trabajando”. Su propuesta es “reforzar el movimiento cooperativo a través de fusiones o acuerdos de colaboración con otras regiones para complementarnos”.

El presidente de EHNE, Garikoitz Nazabal, por su parte, cree que, si bien las entidades locales y regionales no tienen competencias para establecer un precio mínimo del litro de leche, sí pueden impulsar políticas que mejoren la situación del sector e impidan que “la industria pueda hacer lo que quiera”, tal como lamenta que sucede tras la desaparición de las cuotas. El objetivo de estas políticas debería ser, según Nazabal, “incentivar todo tipo de proyectos, desde la venta cooperativa hasta la particular o la actividad de transformación” porque el sector “es muy variado y agrupa diferentes situaciones”.