donostia - Una nueva tecnología desarrollada por la planta irunesa de la empresa Digimet reciclará por completo el polvo residual generado por las acerías, lo que ahorrará costes y reducirá las emisiones contaminantes a la atmósfera.
En concreto, el 70% se convertirá en óxido de zinc y hierro de alta calidad, mientras que el 30% restante se destinará a las cementeras, según explicó a NOTICIAS DE GIPUZKOA el miembro del consejo de administración de Digimet, Igor Aristizabal.
Aristizabal señaló que esta innovación consiste en un horno con las dimensiones apropiadas para que todas las acerías puedan incorporarlo a sus instalaciones, sin necesidad de realizar reformas porque pueden aprovechar la maquinaria ya existente.
El recipiente, con una capacidad de 3.000 toneladas, permite tratar el polvo resultante de su actividad sin necesidad de recurrir a empresas ajenas, con el consiguiente ahorro de costes para las empresas del sector siderúrgico.
Según señala Aristizabal, en la actualidad los gestores de residuos recogen el polvo de acería de cada empresa y envían un 70% del total a vertederos, mientras que el 30% restante se transforma en óxido de zinc.
La nueva tecnología permite invertir estos porcentajes sin generar ningún resto sin utilidad. ”Cero residuos, nada de vertederos”, resumió el miembro de consejo de administración de Digimet.
Las ventajas de este proceso son numerosas, y entre ellas destaca la flexibilidad operativa, su tamaño reducido y la eficiencia energética, además de convertir en subproducto valorizable lo que hasta el momento había sido un residuo peligroso a gestionar.
Aristizabal explicó que Digimet ha conseguido su objetivo inicial, que era desarrollar un prototipo que despejara los riesgos técnicos y aumentara el volumen de capacidad productiva. Una vez obtenida la infraestructura y comprobados sus resultados, la empresa de base tecnológica se encuentra en proceso de presentación tanto a las empresas siderúrgicas como a los gestores de residuos y a las cementeras.
Digimet fue creada con este propósito hace dos años por el centro de investigación vasco Tecnalia y Kereon Partners, un grupo de fomento de la actividad empresarial a través del apoyo en la gestión y la participación en el capital.