donostia - Las empresas papeleras vascas han lanzado un mensaje de alarma ante la política energética del Gobierno central. Las medidas tomadas hasta ahora por los ministerios de José Manuel Soria y de Cristóbal Montoro, que han encarecido la electricidad, han reducido las retribuciones en las subastas energéticas y han elevado impuestos que afectan directamente al sector, van a tener un impacto negativo anual de 40,6 millones de euros en las compañías fabricantes de papel en la CAV.
La asociación Clúster del Papel de Euskadi advirtió ayer de que todos los cambios introducidos por el Ejecutivo en materia energética -con el fin de acabar con el déficit de tarifa eléctrica- y especialmente la propuesta de modificar a la baja las retribuciones por la venta de electricidad por medio de cogeneración "ponen en peligro" la viabilidad de los nueve fabricantes que hay en la CAV (seis de ellos radicados en Gipuzkoa).
El Clúster del Papel recordó que "ya de por sí el coste de la electricidad para la industria en España no era competitivo, pues es un 128% más cara que en Suecia, un 93% más que en Francia y un 78% más que en Alemania, países todos ellos competidores del sector del papel vasco". A esa diferencia de competitividad se suma ahora, lamentó la asociación vasca, las modificaciones aprobadas en el mercado eléctrico por el Gobierno central que, a juicio del Clúster, hacen "inasumible" el coste energético para producir papel.
De hecho, las medidas impulsadas por el equipo de Soria han provocado que el coste eléctrico de los fabricantes de pasta y papel se duplique. A los 40,6 millones anuales de impacto negativo que los cambios normativos han supuesto, hay que sumar el sobrecoste de unos 1,3 millones de euros que conllevará este año la reforma del sistema de asignación de derechos de emisión de CO2 gratuitos para el periodo 2013-2020.
Carácter retroactivo De todas las modificaciones realizadas por el Gobierno, el Clúster del Papel teme especialmente la propuesta de Orden que el Ministerio de Industria y Energía hizo público el pasado día 3. Con ella se aprobarán los parámetros retributivos aplicables a determinadas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos. Esa disposición reglamentaria acarreará en la práctica una notable disminución de los ingresos que en las subastas de electricidad reciben cinco productores vascos de papel y pasta que cuentan con planta de cogeneración. Iberpapel, Smurfit, Papelera del Oria, Papel Aralar y Femosa disponen de esa instalación y venden esa energía eléctrica, algo que no hace Papresa a pesar de tener planta de cogeneración.
Todas ellas dejarán de percibir en conjunto por ese concepto un total de 17 millones de euros este año, según los cálculos del Clúster del Papel. Además, la disposición del Gobierno contempla su aplicación con carácter retroactivo, lo que obligaría a las papeleras vascas a devolver parte de lo percibido en 2013 por la venta de electricidad. Según el gerente de la asociación de productores, Iñaki Ugarte, ello "deja a los industriales sumidos en la indefensión, generando una inseguridad jurídica nefasta para el desarrollo de los negocios".
Ugarte añadió que la aplicación de esa Orden "pondrá en peligro, por pérdida de competitividad, la capacidad exportadora del sector (57% sobre la facturación) y, además, frena distintos proyectos de inversión en materia energética".
Socios. El Clúster del Papel de Euskadi cuenta en la actualidad con 20 empresas asociadas. De ellas, ocho son fabricantes de pasta y papel -Iberpapel (Zicuñaga), Papresa, Papelera del Oria, Munksjö Paper, Papel Aralar, Smurfit Kappa Nervión, Cemosa y Cel Tchnologies & Systems. Otras dos compañías -Itasa e Industrial Borobil- se dedican a la manipulación o transformación del papel. Nueve empresas fabrican bienes de equipo, equipos auxiliares e ingenierías para el sector (Allimand, Basalan, Bellemer, Licar-Olgaiz, Safem, Voith Paper, IDM Test, AF-Incepal y Orloga. En el clúster también está la Escuela del Papel de Tolosa.
Negocio. Las empresas papeleras llevan varios años atravesando una crisis provocada principalmente por la caída de ingresos a raíz de una sensible bajada de los precios realizada progresivamente para poder mantener el nivel de negocio. Las firmas adscritas al Clúster facturaron 852 millones de euros en 2012, un 1,6% menos que el año anterior. Aún es pronto para conocer las cifras del ejercicio 2013.