La reforma eléctrica fuerza a Smurfit a parar una inversión
La papelera suspende una ampliación de 15 millones por falta de rentabilidad
dOnostia - Los recortes a las retribuciones de las energías renovables y demás medidas de la reforma energética del Gobierno español están pasando una dura factura a las empresas vascas. La papelera vizcaina de Iurreta perteneciente al grupo Smurfit Kappa comunicó ayer que paraliza una ampliación de la planta de producción de celulosa tras los recortes anunciadas días pasados por el Ejecutivo español a la electricidad producida por cogeneración dada la caída de la rentabilidad. La decisión frena una inversión de 15 millones de euros en Euskadi, según Rafael Sarrionandia, director de Smurfit Kappa.
La papelera vasca perteneciente al grupo irlandés Smurfit tenía previsto ampliar en cerca de un 20% la capacidad de producción de celulosa, con el uso de 120.000 metros cúbicos más de madera al año. Sin embargo, el proyecto no es rentable con los nuevos costes energéticos derivados de las medidas del Gobierno Rajoy
Para entender la decisión hay que tener en cuenta que la industria papelera es intensiva en el uso de energía. De hecho para producir una tonelada de papel se necesitan unos 1.250 kw. Esta tremenda cantidad de energía la obtiene en gran parte, cerca del 65%, Smurfit Kappa Nervión, gracias a la planta de cogeneración de biomasa de 21 Mw que puso en marcha en la factoría hace dos años. Dicha planta ideada en 2009, en lo más duro de la crisis, culminó un proceso inversor de 50 millones de euros.
La planta de cogeneración permite utilizar como combustible los residuos del proceso de fabricación como el denominado licor negro, un subproducto procedente de la cocción de la madera y cortezas generadas en los aserraderos y en la propia fábrica por el descortezado de los troncos utilizados en la producción de papel, así como residuos forestales de las podas y desbroces de los montes vascos.
La energía generada se utiliza en la planta y el excedente se vende a la red a los precios con prima fijados para las energías renovables y de régimen especial.
Ahora al suprimir el Gobierno español la retribución de la energía eléctrica generada en la planta de cogeneración, la empresa ve como pierde competitividad pues no solo no rentabiliza la inversión en los parámetros previstos sino que, además, ve como se le encarece el capítulo de costes energéticos, que se sitúan muy por encima de la media europea. Una situación esta muy perjudicial para una empresa que tiene que exportar en la actualidad el 80% de su producción.
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