43 años después, de vuelta a Iurre
en 1968 su padre fue trasladado de olaberria a la nueva planta de aristrain en madrid; pedro j. marchó con seis años y regresa con 50
EN 1968, cuando su padre fue trasladado a Madrid desde la planta de Aristrain en Olaberria, la vida de Pedro José Ramírez Eraso dio un giro de 180 grados. Su aita fue uno de los trabajadores enviados para poner en marcha la fábrica que el difunto José María Aristrain Noain -falleció en accidente de helicóptero en Cannes (Francia) en 1986- acababa de adquirir en Villaverde.
Tras un año viviendo y trabajando lejos de los suyos, el cabeza de familia tomó una decisión. Se quedaba en Villaverde. El traslado de la familia entera, esposa y cuatro hijos, se produjo en mayo de 1969. El protagonista de esta historia tenía seis años, uno menos que su hermana mayor. Era el segundo de cuatro y la pequeña solo tenía con seis meses. Hoy, 43 años después, Pedro J. está a la espera de emprender el viaje de vuelta. Vendrá a trabajar a la fábrica de Olaberria.
"Una cosa muy curiosa que recuerdo mucho, y es casi lo único, porque solo tenía seis años cuando me vine, es el olor de cuando florece el aligustre -un pequeño arbusto- en primavera; los setos estos que había en Iurre y que no sé si seguirán. Cuando lo huelo, me acuerdo de esos años", explica.
Unos años de los que guarda fotos entrañables, colgado con su hermana Blanki de la verja que separaba el barrio de Iurre -antes conocido como el Poblado- de la carretera Nacional (N-I). Allí convivían cientos de trabajadores de la antigua Aristrain. Enfrente, la fábrica en la que trabajó su padre, que en 1997 se integró en Aceralia, que luego se incorporó a Arcelor y terminó en el actual ArcelorMittal, la empresa que ahora le recolocará en Olaberria tras cerrar Villaverde. Allí llegó el pequeño Pedro José tras regresar de la mili y escuchar de su padre: "Si no vas a hacer nada, a la fábrica".
Pedro J. regresa con 50 años. Lo hace con esposa y dos hijas, de 25 y 20 años, aunque su intención es trasladarse primero sin la familia, hasta que encuentre alojamiento y se asiente en Gipuzkoa. Después tendrá tiempo de analizar la situación y planear la llegada de su esposa, que cuida de su madre enferma en Madrid. Mantiene primos en Irun y amistades en Beasain, Arantxa Zabaleta y Alberto Aierbe: "Es una amistad heredada (José Zabaleta y Maritxu Intxausti eran íntimos amigos de sus padres).
"Cualquier día" recibirá la confirmación de su nuevo destino y puesto de trabajo. Entonces, emprenderá el viaje de vuelta a Olaberria, al contrario que hizo su padre, fallecido ya en 2001, cinco años después de su jubilación. Navarros de origen, cuenta que su madre, que reside en Estella desde hace varios años, está "encantada de que me vaya para allí. No sé si se cree que podré ir a verla todos los días...", bromea.
Pedro J. Ramírez no es director de ningún periódico, aunque su nombre coincide con el de uno bien conocido. Bromea con ello. Su hija mayor, Itziar, de 25 años, estudió periodismo, pero no trabaja en El Mundo. Este Pedro J. vive estos días sin miedo al cambio y con ganas de trabajar. Llevamos haciendo vida de parado desde octubre, que trabajamos hasta mediados; luego, en noviembre, solo cuatro o cinco días y en diciembre, dos; desde entonces, nada. ¡Estoy en edad de trabajar!".
con ganas de trabajar
"Algunos ya han alquilado piso"
Según explica, en febrero "nos dieron a elegir las preferencias, Zumarraga, Bergara, Olaberria o Zaragoza. Para las recolocaciones, dijeron que se tendrían en cuenta el orden de preferencia, la categoría, el trabajo, y que puedan acoplarte o no en destino. Yo marqué Olaberria como primera opción, soy maestro de taller y tengo 30 años de antigüedad. No creo que tenga problemas para entrar en Olaberria".
Muchos compañeros en la planta de Villaverde no tienen ni siquiera la referencia de Pedro J., que ya conoce Olaberria, pero "todo el mundo ha preferido trasladarse antes que coger la indemnización e irse a la calle. La gente valora conservar el puesto de trabajo. Ya saben que soy de allí, y no solo me preguntan, sino que muchos ya se han ido a conocer la zona. Sin saber aún a qué fábrica irán, los hay que ya han alquilado piso en Tolosa y Zumarraga".
Pedro J. no ha tenido tanta prisa. El verano pasado estuvo en Beasain, visitando a sus amigos Arantxa y Alberto. Viene todos los años y en Semana Santa visitó a su madre en Estella. Este cambio le coge con fuerza, a pesar de los pesares. "Es una putada tener que desplazarse. Cierras tu casa, la vendes o la alquilas, pero la gente en general, no sé si resignada, pero está con ganas de afrontar una experiencia nueva. Yo tengo 50 años y me tomo esto como una oportunidad de conocer otra forma de trabajar".
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