AIAC confirma que deja Ramón Vizcaíno y acusa a Lakua de incumplir el acuerdo

Donostia. El grupo inversor estadounidense AIAC confirmó ayer que abandona el proyecto para reflotar la empresa guipuzcoana Ramón Vizcaíno, de manera que incumple el acuerdo alcanzado en julio del año pasado con el Gobierno Vasco, Kutxa -principal acreedora- y los accionistas familiares por el que se iba a hacer con el control de la compañía para sacarla de sus problemas económicos. Sin embargo, la firma norteamericana acusó al Departamento de Industria de haber sido el culpable de una situación que puede suponer el cierre del grupo fabricante de instalaciones de frío industrial, en el que trabajan 400 personas.

La decisión final de AIAC era la esperada, pues ya había anunciado previamente que ya no le interesaba un negocio que arrastra una deuda de unos 50 millones de euros, con una plantilla que no percibe su salario desde hace ocho meses y con una actividad reducida a mínimos por las enormes dificultades de tesorería, que impiden fabricar y dar salida a los pedidos. Varios representantes de AIAC acudieron ayer a la junta de accionistas que había sido convocada en una notaría de Donostia, a la que también asistieron miembros del Departamento de Industria -el director, Juan Garayar, y el responsable de Capital Riesgo, Javier Vélez-, así como el accionista mayoritario, Jesús Gómez Montoya; y el director de Inversiones Corporativas de Kutxa, Ander Aizpurua.

Tras la junta de accionistas, los comisionados de AIAC se reunieron con un grupo de trabajadores que se habían concentrado a la puerta de la notaría. El hasta ahora consejero delegado de Ramón Vizcaíno y de las también empresas de AIAC Cubigel y Koxka, Peter Graham; el director general de esas dos firmas catalana y navarra, Mark Johnston, y el director financiero del grupo inversor estadounidense en España, Jordi Martínez, culparon al Gobierno Vasco de la situación creada.

En su opinión, el Departamento de Industria ha incumplido los compromisos al no haber aportado el aval de nueve millones de euros que se contemplaba en el Plan Industrial que fue aprobado en julio del año pasado para reflotar la empresa. En ese convenio también se recogía que la Diputación, Kutxa y AIAC -a través del banco belga Fortis- aportarían diferentes cantidades hasta llegar a la cifra de 22,5 millones de euros necesarios para reactivar el negocio. Sin embargo, sólo la Diputación ha puesto dinero y ahora tanto Lakua como AIAC se echan la culpa mutuamente.

Los representantes de AIAC, que recibieron los insultos de los empleados de Ramón Vizcaíno por su decisión de dejar en la estacada a la empresa, confirmaron en la junta su dimisión del consejo de administración de la firma de Oiartzun y, según fuentes del Gobierno Vasco, no asumieron su papel de gestores del negocio en el tiempo en que estuvieron acudiendo a las instalaciones del polígono Lintzirin, donde fueron vistos en numerosas ocasiones.

Las mismas fuentes no quisieron referirse al futuro de la compañía, sobre el que informarán hoy en Vitoria al comité de empresa, e insistieron en que el Departamento de Industria ha advertido al grupo norteamericano que emprenderá acciones penales por incumplimiento de los acuerdos. "Todos los socios entendemos que el culpable es AIAC", afirmó el Departamento de Industria sobre una firma que fue seleccionada para salvar Ramón Vizcaíno porque "los informes aseguraban su solvencia y la oportunidad de que entrara en el accionariado".

Por su parte, los trabajadores calificaron de "mazazo" la decisión final de AIAC, que deja en una situación muy delicada a Ramón Vizcaíno. Gobierno Vasco y Diputación siguen buscando un empresario con un plan industrial, pero el tiempo se acaba y la compañía parece estar abocada a un proceso concursal.