Donostia. Un año y un mes después de que tuviera que acogerse voluntariamente a procedimiento concursal, la empresa guipuzcoana Inquitex ha logrado superar la situación y próximamente el juez de lo Mercantil de Donostia decretará la finalización del proceso, toda vez que la junta de acreedores llegó ayer finalmente a un acuerdo y aprobó el convenio propuesto. Se trata de aplicar una quita del 50% sobre la deuda total, cifrada en 20 millones de euros, y permitir el pago de la misma a lo largo de los próximos cinco años.

Al convenio logrado ayer se llegó gracias a la renuncia del principal acreedor -con el 46% de la deuda-, el grupo catalán La Seda de Barcelona que, tras haber solicitado una prórroga para la toma de su decisión en la anterior junta de acreedores del 27 de octubre, finalmente optó por no asistir a la junta de ayer. La decisión de La Seda de Barcelona se produjo un día después de conocerse que fabricará a partir de enero 5.000 millones de envases para Grupo Leche Pascual gracias a un contrato de diez años que supondrá para la multinacional química catalana una facturación anual de 15 millones.

Con la ausencia de La Seda de Barcelona -a la que perteneció Inquitex hasta mediados de 2006-, los acreedores aprobaron la propuesta de convenio presentada por la firma de Andoain, con un 52% de adhesiones, porcentaje que se eleva al 97% si no se tiene en cuenta al grupo catalán.

Con el acuerdo alcanzado ayer, la empresa guipuzcoana, dedicada a la fabricación de fibras sintéticas, está en mejor disposición de salir de la complicada situación vivida a causa de la caída de la demanda, la evolución al alza de las materias primas, la falta de apoyo financiero, todo ello provocado a su vez por la crisis generalizada en los mercados a los que se dirigen sus productos. La crisis en la automoción tocó de lleno a la división del negocio de Inquitex centrada en las fibras de poliéster para aplicaciones en el sector del automóvil.

Con ese panorama, la empresa presentó un expediente de regulación de empleo que recogió la extinción de 27 contratos y la suspensión temporal para 63 trabajadores, sobre una plantilla formada por 172 personas. Según expresó ayer a este periódico el director general de Inquitex, Santiago Barba Vera, con la superación del proceso concursal la compañía tiene "intención de recuperar a todos los trabajadores".

Barba Vera destacó que en el presente trimestre se ha producido una mejora "tímida" de la demanda, especialmente en mercados exteriores (Alemania, Gran Bretaña y Francia) que ha permitido trabajar actualmente al 85% de la capacidad, frente al 40% al que se llegó a comienzos de este año. El aumento de la producción ha permitido a la empresa reintegrar a 43 de los 63 trabajadores afectados por el ERE temporal.

"Apoyo decidido" Barba Vera resaltó que "el apoyo decidido de clientes, proveedores, entidades financieras y acreedores públicos (Diputación Foral de Gipuzkoa, Tesorería General de la Seguridad Social y Ayuntamiento de Andoain) han sido claves para lograr la superación del concurso". Inquitex, que en el proceso ha contado con el asesoramiento de la firma de servicios profesionales Norgestión, se encuentra en estos momentos negociando con entidades financieras la obtención de financiación adicional para cometer varias inversiones.

Entre ellas, la de una planta de reciclaje de PET (un tipo de plástico transparente muy usado en envases) que permitirá reintegrar al resto de personal que sigue afectado por el ERE temporal, además de dar salida al material plástico depositado en los contenedores amarillos por la ciudadanía del territorio y abaratar el coste de aprovisionamiento de la materia prima. Esta nueva infraestructura costará unos cuatro millones de euros, informó el director general de Inquitex.

La firma de Andoain es el principal fabricante en el Estado de fibra de poliéster, fundamentalmente para la industria del automóvil, con una elevada especialización en fibra de color y también es uno de los principales productores de lámina de PET para contacto alimentario. Durante la difícil situación atravesada, Inquitex decidió suprimir un producto que consideraba obsoleto, el de fibra poliamida para la industria textil.