Donostia. La empresa Lanik está terminando de instalar estos días el helipuerto que coronará el tejado del hospital de Cruces de Barakaldo -el primero de estas características que se construye en Euskadi-, un proyecto con el que la firma donostiarra afianza su negocio en el sector aéreo.

Lanik se introdujo hace una década en la actividad de instalaciones relacionadas con la aviación, tanto con cubiertas en aeropuertos como con antenas terrestres para navegación aérea. Pero en los últimos años ha desarrollado un sistema de plataformas flotantes para despegue y aterrizaje de helicópteros que cuenta con sensibles ventajas respecto a los helipuertos tradicionales.

Se trata de estructuras metálicas fáciles de montar y ligeras -20 kilos por metro cuadrado-, lo que permite instalarlas sin penalizar al edificio con una carga excesiva. Además, posibilita la colocación del helipuerto en prácticamente cualquier azotea de edificios grandes, como hospitales, sedes institucionales o palacios de congresos, que suelen requerir de estas infraestructuras. Curiosamente, el hospital de Cruces no contaba hasta ahora con un helipuerto y se veía obligado a utilizar el del cercano centro congresual BEC. En Bizkaia sólo el hospital de Galdakao dispone de un lugar para que aterricen helicópteros pero se encuentra a ras de suelo, siendo el de Cruces el primero que va a estar ubicado en el tejado de un centro sanitario.

Este helipuerto, el tercero que Lanik ha realizado después de otros dos en Francia, es el resultado del proyecto de investigación Helitop del CDTI -enmarcado en el programa europeo Eureka-, que Lanik inició hace siete años junto a la ingeniería donostiarra Pro Tecnológica, especializada en plásticos; la empresa italiana Top Glass, especializada en pultrusión (conformado de polímeros); y la francesa Thoman-Hanry, dedicada a los composites.

El proyecto ha resuelto el problema que conllevaba la nueva reglamentación europea sobre seguridad en grandes edificios, que obliga al diseño de planes de evacuación que incluyen vías de escape para los pisos superiores, no quedando otra solución que la construcción de helipuertos en la azotea. Como quiera que los edificios ya construidos no están proyectados para albergar un helipuerto tradicional en su tejado, las estructuras espaciales creadas por Lanik se han convertido en la solución idónea para este tipo de infraestructuras. La empresa guipuzcoana diseña estos helipuertos con una base circular que puede variar entre 30 y 50 metros de diámetro o rectangular, con una dimensión algo mayor, conformada con tubos de acero que, mediante la tecnología propia Ortz, están unidos por piezas circulares llamadas rótulas.

Antenas de rebote Encima de la estructura tubular se colocan placas de composite que configuran la pista de aterrizaje de las aeronaves, operación que estos días está llevando a cabo en el helipuerto del hospital de Cruces. Todos los materiales utilizados en la instalación están realizados en Gipuzkoa y Bizkaia, detalla el director comercial de Lanik, Juan Letona.

La estructura utilizada para la cosntrucción de helipuertos en azoteas es muy similar a la que Lanik emplea para otro producto que comercializa desde hace años para el sector aéreo, las antenas denominadas DVOR, que sirven de elementos de rebote de ondas utilizado por aviones y helicópteros en las proximidades de los aeropuertos. En el Estado ha instalado cerca de una treintena de estas antenas, tanto en la península como en Canarias y Baleares. También ha llegado a colocar una de estas estructuras en la ciudad boliviana de Cochabamba.

También en el mismo sector, la firma donostiarra ha desarrollado proyectos de estructuras para edificios en diferentes aeropuertos españoles, como los de Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura, Las Palmas y Almería, o el mexicano de Toluca.

Según Letona, la presencia de Lanik en múltiples sectores ha permitido a la empresa sortear mejor la crisis, si bien para este año prevé una caída sensible de la facturación, hasta el punto de que la cifra de negocio será un tercio de la del ejercicio anterior.

Pese a ello, Lanik no ha aplicado ninguna medida de reducción intensiva de personal porque, como explica Letona, "no tiene sentido desprenderse de personal tan especializado que luego te va a costar recuperar". La empresa guipuzcoana emplea a 70 personas en su sede de Donostia y su planta de instalación en Asteasu. Además, cuenta con oficinas comerciales en Portugal, Dubai, México, Tampa (Estados Unidos), Dinamarca, Israel y Chipre.