El Banco de España deja fuera a BBK de la compra de Caja La Mancha

bilbao. El pez pequeño se come al grande y además aparta al otro aspirante a darle un bocado a la pieza pese a que era a su vez el doble de voluminoso. El Banco de España entregó ayer la intervenida Caja Castilla-La Mancha a Cajastur. La otra novia, Bilbao Bizkaia Kutxa, quedo relegada y, "sin dramatismos", estará atenta al mercado financiero por si surgen otras oportunidades de crecimiento.

La versión oficial es que la propuesta de la entidad financiera asturiana es la que "mejor cumple los criterios de solidez y racionalidad económica y financiera y, además, respeta el objetivo de no suponer coste para el erario público". Entrelíneas hay que tener presentes las reticencias políticas a la alianza con BBK mostradas públicamente por el Partido Popular y en privado por los socialistas, que controlan la Comunidad manchega y su caja. Tampoco hay que perder de vista el hecho de que Asturias y su entidad financiera de raíz pública esté en manos del PSOE.

Cajastur aceptó los planteamientos básicos del Banco de España: activar una fusión en toda regla, mientras que BBK planteaba una relación de subordinación. La caja vizcaína no deseaba abrir su consejo de administración a una entidad con problemas financieros como CCM para mantener el control de la entidad y no poner en riesgo la solvencia de la caja. Por ello, proponía modificar la estructura de Caja La Mancha y convertirla en un banco adscrito a sus activos. El PP había criticado ese modelo de fusión, ayer no se pronunció, a pesar de que la alianza a la que ha dado luz verde el Banco de España es similar. Los activos de CCM se integrarán en la filial de banca privada de Cajastur, la Banca Liberta.

El plan económico diseñado por BBK no convencía en el plano político y el banco de España otorgó ayer el rango de decisión económica a ese rechazo. La caja vizcaina no quiso valorar la decisión.