Los depósitos a plazo fijo, las Letras del Tesoro y los fondos de inversión en activos monetarios de renta fija se han convertido en los tres procedimientos habituales para sacar un rendimiento a nuestros ahorros. Rendimiento mínimo, por cierto, porque son pocos los productos que se acercan al 4% de interés anual garantizado.

Los bancos siguen racaneando a la hora de remunerar el ahorro privado y en este escenario están apareciendo nuevos instrumentos como alternativa al ahorro tradicional en depósitos de la mano de las compañías aseguradoras.

Las aseguradoras gestionaban a cierre del tercer trimestre del año 258.233 millones de euros en instrumentos de vida y planes de pensiones, un 4,5 % más que en ese periodo del año pasado, según la patronal del seguro Unespa.

En seguros de vida, el importe gestionado suma 200.651 millones de euros, un 4,8 % más que un año antes, mientras que el patrimonio de los planes de pensiones, cuya gestión está encomendada a aseguradoras, sube un 3,6 %, hasta 57.582 millones.

De toda la gama de productos, los seguros unit-linked (en los que el tomador asume el riesgo de la inversión), los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) y las rentas vitalicias fueron los que más crecieron en comparación con el año anterior.

Una de las gamas de productos que más éxito están comercializando las aseguradoras son precisamente los PIAS. El dinero aportado al PIAS tiene ciertas ventajas fiscales, pero solo si se cobra en forma de renta vitalicia. Son una fórmula de ahorro e inversión a largo plazo, especialmente útil para planificar la jubilación, y que se estructuran en torno a un seguro de vida-ahorro. 

Las aseguradoras tienen otros seguros de vida-ahorro con rentabilidades superiores al 3% y con un plus en forma de cobertura aseguradora en caso de fallecimiento o invalidez.

En las pólizas de vida-ahorro una parte de las aportaciones se destinan al citado fin y el resto del dinero aportado funciona como un producto puramente financiero: al vencimiento se recupera el dinero más una rentabilidad.

Al ser un producto de vida-ahorro la rentabilidad va ligada a la edad del contratante. A más edad baja la rentabilidad de este porcentaje específicamente financiero.

Seguro de ahorro

En definitiva, este producto, también llamado comúnmente seguro de ahorro es un producto financiero que permite obtener una rentabilidad durante un tiempo determinado. La aseguradora se compromete a devolver el dinero al asegurado en la fecha establecida con unos intereses si el beneficiario sigue vivo. Si el asegurado falleciera, la póliza del seguro, la prima y los intereses pasarían a los herederos.

Eso sí, no hay abonos de intereses periódicos como en el caso de los depósitos, sólo se garantiza una rentabilidad al vencimiento del mismo. 

Las principales aseguradoras están ofreciendo rentabilidades en este tipo de productos que alcanzan el 3,9 % anual.Y en los seguros de rentas vitalicias muchas superan ya el 4% de rendimiento.

Como contrapartida son más opacos sobre las comisiones o la composición de la cartera de inversiones. Y además debes tener en cuenta que, en algunos casos, tienen menos liquidez que los depósitos o los fondos de inversión y que pueden acarrear penalizaciones ante un posible rescate del dinero que hayas aportado.

Las propias aseguradoras y las divisiones de seguros de los principales bancos tienen planes específicos para cada caso y te ofrecerán la información necesaria y personalizada para que puedas decidir si apostar por este tipo de productos que cada vez son más contratados por su atractiva rentabilidad.