“Gipuzkoa es la capital turística de Euskadi pero no hemos sido apoyados en términos de infraestructuras”, critica Kino Martínez, secretario general de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa.
De modo que llegó la jubilación.
–Así es. El 1 de julio finaliza mi actividad laboral después de 16 años y medio en la asociación.
Usted es un hombre de acción, ¿qué piensa hacer?
–Bueno, alguna relación mantendré con el sector, pero sobre todo disfrutaré de mi familia, de mis hijos, que están desperdigados por ahí. También quiero hacer deporte. Algo haré, porque pasar de cien a cero no es bueno.
¿No le vamos a ver manifestándose por una pensión digna de 1.080 euros, no?
–(Sonríe) No, de momento no me lo planteo. Pero desde luego que si se convocan manifestaciones y me siento afectado como consecuencia de la revisión del sistema de pensiones, pues igual tenemos que ir a pelear. No digo que no.
Porque a usted no le ha ido mal.
–No, no me ha ido mal, y además me he divertido siempre. No me ha costado venir a trabajar nunca. He sentido que mi labor servía para algo y que, sobre todo, ayudaba a empresarios hosteleros y al sector en general. Esa compensación ha sido el motor para seguir adelante. Ha habido mucho trabajo, disputas y enfrentamientos con las instituciones, pero he sido feliz. El balance es extraordinariamente positivo y tengo que agradecer al sector que me lo haya hecho sentir así. Agradezco el apoyo a mi gestión por parte del presidente y de la junta directiva de la asociación.
Nada menos que “feliz” en el trabajo. ¿Cuál ha sido su secreto?
–La implicación, y valorar la trascendencia de lo que hacía, en la medida en que ayudaba a otras personas. Me acuerdo en ese sentido de Joseba, de cómo se echaba a llorar el 7 de julio de 2009 porque le cerraban el bar que había pertenecido a su familia. Tenía un problema con un trámite administrativo. Le dije que estuviera tranquilo. Fue la primera persona con la que tuve un trato directo tras acceder al cargo. No le cerraron el bar y mantengo con él una excelente relación desde entonces. Son situaciones que he vivido de forma continuada, la gasolina para seguir adelante.
El polémico Juez Garrido
¿De qué se siente más satisfecho?
–Hay varios logros. El primero de ellos, la firma del convenio colectivo de 2023 después de once años, un convenio que ha sido modélico para otros sectores. También recuerdo especialmente el 9 de febrero de 2021, al recibir el aviso de que se abrían los establecimientos hosteleros tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) que nos dio la razón en uno de los conflictos que mantuvimos con el Gobierno Vasco. Fue durante la pandemia. Fue cuando el famoso juez Garrido hizo que se levantasen las persianas de la hostelería porque consideraba que cerrarlas era injusto.
¿Satisfecho con las resoluciones del juez Garrido, el azote del Gobierno Vasco?
–Por supuesto. De las siete veces que se dictaron resoluciones tras conflictos con el Gobierno Vasco, entre sentencias y cautelares, ganamos en cinco de ellas. Fue un 5-2, ganamos por goleada. Claro que estoy de acuerdo, porque aquellas resoluciones demostraban que nosotros no éramos los culpables.
¿El Gobierno Vasco no le cae muy bien, no?
–No se trata de eso, tengo buena relación. No obstante, y lo digo como ciudadano, creo que a nivel institucional este territorio ha sido perjudicado por las decisiones que se han tomado.
¿A qué se refiere?
–A decisiones de ubicación de centros de decisión, a la configuración de estructuras turísticas siempre en beneficio de un territorio, y en perjuicio de Gipuzkoa.
¿En beneficio de quién?
–La gran estructura financiera y administrativa está fundamentalmente en Bizkaia, algo que repercute al sector hostelero. Me refiero a que a la hora de decidir dónde se ubican determinadas sociedades públicas o fundaciones, Gipuzkoa recibe muy poco, en beneficio del resto de territorios. La estructura institucional que tiene Gipuzkoa en el entramado del Gobierno Vasco es muy inferior a la que le correspondería por aportación al PIB y a la demografía del país. Aquí apenas tenemos sedes centrales de órganos de decisión.
"Reparto" del entramado institucional vasco
¿En qué medida repercute todo ello en el sector?
–La gente se desplaza a Bizkaia, hace las reuniones, los congresos, come y desayuna allá. Todo ello va en perjuicio de los intereses del sector que yo defiendo. No es que no me caiga bien el Gobierno Vasco, lo que ocurre es que en el reparto del entramado institucional vasco, Gipuzkoa siempre es la gran perjudicada.
¿Qué mensaje le han trasladado las instituciones cuando se ha quejado por por ello?
–Lideramos una demanda que se interpuso desde el Ayuntamiento de Donostia, en la que se evidenciaba que el reparto de los actos institucionales –congresos y reuniones– estaba descompensado en beneficio de Bizkaia. Allí están las sedes de decisión, como por ejemplo la SPRI, Basquetour, EVE, Ihobe y Eusko Trrnbide Sarea. En Araba están los órganos de decisión políticos: el Gobierno Vasco y el Parlamento Vasco. En Gipuzkoa prácticamente no tenemos estructura.
Dicen que somos unos acomplejados.
–Bueno, no sé, yo la valoración que hago la realizo desde el efecto que tiene en el sector. Es un reparto que debería estar bastante más compensado. Ésa es mi gran crítica al Gobierno Vasco. Gipuzkoa es la capital turística de Euskadi pero no hemos sido apoyados en términos de infraestructuras.
El aeropuerto de Hondarribia ha cerrado 2024 como el mejor año de su historia. ¿Tiene futuro?
–Se debería invertir más para obtener, entre otras cosas, conexiones con Centroeuropa. Es un paso necesario para facilitar la desestacionalización del destino. Está creciendo el turismo, pero no lo hace al mismo nivel que en el resto del Estado. Venimos de unos años de crecimiento, aunque esta pasada Semana Santa parece que hemos llegado al tope, porque hemos pinchado, con una bajada de la actividad. Creemos que se puede hacer más, y mejor.
"Descompensación" turística
¿Que opina de la política en materia turística que se sigue en Euskadi?
–Las políticas turísticas vascas siguen una estrategia de ensombrecer Gipuzkoa para que brille Bizkaia.
¿Y no pueden brillar las dos?
–Seguro que sí, pero vuelvo a repetir aquella valoración que se hizo sobre el reparto de los congresos. De la misma manera que también es muy llamativa la descompensación de turistas que llegan vía aérea entre el aeropuerto de Loiu, en el que aterriza el 92% de los pasajeros que vienen a Euskadi, frente al 4-5% de Hondarribia. Deberíamos ser más ambiciosos con las capacidades y los vuelos.
¿Hay cosas que no se pueden cambiar en este país?
–(Sonríe) Bueno, creemos que desde un punto de vista turístico se puede se puede hacer más en beneficio de Gipuzkoa. En ese sentido, la última de nuestras demandas pasa por la creación de una escuela de oficios turísticos para el territorio de carácter público, que no existe, algo que sí ocurre en Bizkaia y Araba.
¿Hay alguna novedad?
–De momento todo son buenas palabras. Aunque no hay novedades, sí existe un compromiso, como se demostró hace unos meses ante una interpelación parlamentaria por parte de Bildu.
¿Escuela de oficios turísticos, que no de hostelería?
–Sí, es que no sólo se trata de formar a cocineros y camareros, sino a gobernantas de pisos o recepcionistas. Es decir, estamos hablando de todos los oficios en torno al turismo. Se trata de un recurso que ya existe en Bizkaia y Araba, una acción que se debería haber llevado a cabo aquí después de 40 años.
¿Un ejemplo más de ese reparto desigual?
–Sin duda. Y a pesar de ello, la hostelería del territorio ha pasado en estos 16 años del décimo al cuarto puesto en lo que a aportación al PIB se refiere. Todo ello a pesar de tener un aeropuerto de juguete, y de no disponer de una escuela de oficios turísticos pública ni de un reparto equilibrado de congresos. Todo ello pese a haber perdido espacio en relación a conciertos musicales, por mucho que venga dentro de unos días Bruce Springsteen.
“Los alojamientos de toda Gipuzkoa están llenos para recibir a Bruce Springsteen en sus dos conciertos”
Ahora que lo dice, dos conciertos de un artista tan reconocido mundialmente tiene que ser una inyección brutal para el sector.
–Lo es. La hostelería, desde el punto de vista estadístico, está compuesta por el sector de alojamiento, que da empleo a un 15% de trabajadores, y la restauración, que da trabajo a un 85%. Pues bien, los alojamientos de toda Gipuzkoa están llenos para recibir a Bruce Springsteen en sus dos conciertos los días 21 y 24 de este mes.
¿De toda Gipuzkoa?
–Sí, para que no se nos enfade nadie, podemos decir que con niveles de ocupación por encima del 80%. Hay que tener en cuenta que Donostia apenas tiene 4.000 habitaciones y 7.000-8.000 plazas. Va haber ocupaciones muy importantes. Este tipo de acciones se deberían llevar a cabo más a menudo porque generan notoriedad para la ciudad y generan riqueza y empleo para muchos sectores.
¿Pero Donostia necesita más notoriedad a estas alturas?
–Bueno, lo que está claro es que si no se alimenta esa notoriedad, decaeremos. Es un trabajo constante el que se tiene que hacer. Yo, que soy muy mayor, recuerdo cuando hace 40 o 45 años Donostia era la capitalidad del norte del Estado. Esa capitalidad la hemos perdido.
Bueno, pero se ha ganado en otros aspectos.
–Sí, es cierto que ha ganado en otros aspectos, como el que tiene que ver con el nivel de la oferta gastronómica que tenemos, que ha hecho que éste sea un destino de gama alta. Un destino en absoluto saturado que permite una convivencia normalizada entre locales y turistas. Sin embargo, hay partidos políticos que plantean el decrecimiento turístico de la ciudad, cuando resulta que somos uno de los territorios del Estado con mayor déficit turístico.
¿Cómo dice?
–Los guipuzcoanos, los donostiarras, exportamos el doble de turismo que el que recibimos. Hemos sido un territorio con alto poder adquisitivo respecto a otras regiones del Estado, y con inquietudes viajeras. Es curioso que se planteen posiciones contrarias al turismo, cuando ese posicionamiento viene precisamente de ciudadanos que, casualmente, son los que más salen a destinos como Jaca, Noja, Haro o la Ribera de Navarra.
La situación de la vivienda
¿Donostia no corre el peligro de perder sus señas de identidad?
–Se ha usado al sector turístico para echar la culpa de muchas cosas que no tienen que ver con el turismo.
¿Por ejemplo?
–Lo que no puede ser es que los partidos políticos que durante 40 años han gobernado en este territorio echen la culpa de la situación de la vivienda a 1.300 pisos de alquiler turístico, que son el 1,3% del total de viviendas de la ciudad. Durante 40 años han tenido en sus manos las políticas de vivienda y herramientas como Visesa, Alokabide o Etxebide. Ahora comienza a abordarse el problema en toda su dimensión, pero hasta hace poco se han utilizado las viviendas turísticas como la justificación del elevado precio.
¿Cree realmente que se está responsabilizando exclusivamente al turismo del alto precio de la vivienda?
–Desde luego que se ha usado al sector como tapadera de otros problemas importantes. A este respecto, cuando oigo hablar a nuestros representantes políticos de que vivimos en una ciudad de innovación y de tecnología, echo en falta que digan también de turismo. Es el primer sector económico de Donostia, con el 14% del PIB. Veo poca actitud de sacar pecho de este sector entre nuestros representantes políticos.
“Pese a tener un aeropuerto de juguete, la hostelería ha pasado a ocupar el cuarto puesto en aportación al PIB”
De modo que no vota ni al PNV ni al PSE.
–Prefiero no decir a quién voto, pero sí es verdad que desde los últimos cuatro años se han generado en torno al turismo problemas de los que no es culpable.
¿No ve la necesidad de fijar un límite al crecimiento imparable del turismo?
–Donostia es una ciudad tremendamente protegida contra el turismo. Aquí no se pueden construir hoteles, ni abrir pisos turísticos. Somos la primera ciudad de todo el Estado que reguló los pisos turísticos. Tras el boom de la oferta hotelera está bien que se produzca una moratoria, pero no puede ser sine die. Cada cierto tiempo se tiene que revisar cómo evolucionan los flujos turísticos. No hay que olvidar que Donostia es el faro de Gipuzkoa, y si el faro ilumina, Gipuzkoa tiene luz. Si cae, cae el turismo en todo el territorio.
Gipuzkoa es más que Donostia. ¿Existen diferencias reseñables en el sector?
–De los mil socios que tenemos, 460 son de Donostia y el resto del territorio, y estamos trabajando en diferentes ordenanzas. El gran problema que tenemos en el sector es el del relevo generacional y la falta de mano de obra, para lo cual se van incorporando miles de inmigrantes al sector. La diferencia fundamental entre Donostia y Gipuzkoa es que, desde ese punto de vista, en el territorio no existe tanto peligro de pérdida de autenticidad.
Nuevamente volvemos a Donostia, donde uno de los argumentos para aprobar la ordenanza de terrazas ha sido velar por el descanso de los vecinos. ¿Es una cuestión que no le preocupa?
–Por supuesto que sí, pero la salud de un país depende de muchos factores, y uno es el modelo de socialización. Tan importante como preservar el descanso vecinal es preservar el modelo social del que nos hemos dotado. Tenemos una cultura de calle. Las familias vascas gastan el 12% de su renta en hostelería. No quiero que se entienda como un ataque al descanso vecinal, todo lo contrario.
Hay quien dirá, claro, Kino no vive en la Parte Vieja.
–Vivo en Amara, donde también hay bastante ruido. La Parte Vieja ha sido siempre un lugar de encuentro. Es el estómago y el corazón de Gipuzkoa, e intentar que deje de ser es algo ciertamente complicado. Entre otras cosas, porque hay más de 2.000 empleados en la hostelería, y la gente que ha comprado una casa en la Parte Vieja, sabe dónde la compra, con todas sus ventajas e inconvenientes.
“La Parte Vieja es el estómago y el corazón de Gipuzkoa, e intentar que deje de serlo es complicado”
¿Qué opina sobre la prohibición de estufas en las terrazas que trae consigo la nueva ordenanza de terrazas?
–Somos la única capital del Estado que prohíbe cualquier tipo de calefactor, ya sea de gas o eléctrico. No entiendo esa proclama por el medio ambiente, y menos cuando se mira hacia otro lado al plantear construir en plena reserva de la biosfera un museo para albergar a turistas. ¿Es coherente ese planteamiento? Me sorprende.
¿Que no haya estufas les hace daño?
–Creo que lo va a hacer, y no olvidemos que los principales usuarios son guipuzcoanos.
Consumir en hostelería: "va a ser cada vez más caro"
Hay quien dice que ustedes son muy llorones, cuando en realidad un restaurante se forra en Donostia durante el verano.
–Se hace una caja importante durante cuatro meses, pero quedan otros ocho. Y meses como febrero, marzo y noviembre son muy largos y oscuros, en los que también hay que pagar los alquileres y a los trabajadores. Ha habido un aumento de costes que no hemos transmitido a los precios. Consumir en hostelería irá siendo cada vez más caro.
¿Y cuándo se va a empezar a notar esa subida de precios?
–No se puede fijar un plazo, pero hoy por hoy tenemos una hostelería de precio bajo para el servicio que damos.
La clientela probablemente no piense lo mismo.
–Sí, pero le animaría a la gente a que se fuera a Madrid o a Barcelona, a que atravesara la frontera y viese los precios que hay por ahí.
Socializar va a salir por las nubes.
–Sí, pero no dejaremos de gastar menos. El 12% que gastamos no va a bajar, pero sí vamos a elegir mejor los momentos de consumo. Es algo que ya estamos viendo ahora. Entre semana la actividad de 20.00 a 23.00 horas ha caído y se concentra más en fin de semana. El gasto en total no varía, pero se concentra más en momentos elegidos, como los tardeos de los viernes, algo impensable hace unos años.
“Hay un aumento de costes que no hemos transmitido a los precios; consumir en hostelería va a ser más caro”
¿Cuál es la principal reclamación del sector hoy en día?
–Vemos la necesidad de constituir una ventanilla única de atención a aquellos emprendedores de la economía urbana. Hablamos de comercio, hostelería y cuidado a las personas. Para no perder identidad es necesario que desde las instituciones locales se creen estructuras de apoyo a quien decide emprender en estos sectores.
¿Qué opina del controvertido GOe?
–El Basque Culinary Center es la última gran marca que esta ciudad ha lanzado al mundo, después de otros eventos como la Donosti Cup o la Behobia-San Sebastián. El GOe va encaminado en la misma línea. Estamos expectantes. Soy un firme defensor de su ubicación y de su construcción. La ciudadanía, en la medida en que el proyecto ha sido financiado con fondos públicos, ha puesto los mejores instrumentos, y ahora la orquesta tiene que afinar.
¿La propuesta de esos músicos no es muy elitista?
–Es una apuesta que se lanza en función de las tendencia sociales y el protagonismo de la gastronomía. Un proyecto de una ciudad que apuesta por la creatividad y la ciencia.