Hace escasos días salió a la luz la información en la que se señalaba que la Sade, propietaria del edificio del Bellas Artes, había comenzado el proceso de retirada de los andamios de obra, hecho éste que permite la visualización de la emblemática cúpula del edificio.
Según apuntó la empresa al inicio del proceso, que se prolongará a lo largo de las próximas semanas, la retirada del andamiaje posibilitara a la ciudadanía contemplar en su totalidad la fachada restaurada, “un hito para la conservación del patrimonio arquitectónico de San Sebastián”.
Pero la postura de la asociación de protección del patrimonio, Áncora, es muy otra, ya que asegura que “las fachadas del Bellas Artes han sido derribadas” y que las intervenciones que la Sade presenta “como restauración” suponen, en definitiva, “la demolición encubierta de un patrimonio único en España y Europa”.
Testimonio del pasado
Áncora recuerda que el edifico construido en 1914 por Ramón Cortázar, reproduciendo en cierta medida la imagen del Gaumont Palace de París, mantuvo su esencia de “cinematógrafo más antiguo” del Estado, siendo “uno de los pocos palacios de cine europeos anteriores a la Primera Guerra Mundial” que permanecían en pie.
Según este colectivo, en la actualidad este emblemático edifico “prácticamente ha dejado de existir”, con un proceso de derribo realizado por fases. “Primero se derribó su cúpula original, después se vació completamente su interior y, finalmente, tras meses oculto con lonas opacas, han sido derribadas sus fachadas”, lamentan los representantes de Áncora.
Según apunta el colectivo de protección del patrimonio, en el proceso de obra no se han respetado las pautas fijadas para respetar la fachada, protegida por el Plan Especial de Protección del Patrimonio, (PEPPUC).
De lo que fue el edifico original, denuncia Áncora, únicamente “sobreviven los sillares de piedra arenisca en la base”. El resto, abunda, “es una reconstrucción reciente, recreada como envoltorio del futuro Hotel Hilton”.
De ahí que Áncora asegure que presentar las intervenciones efectuadas como “un hito para la conservación del patrimonio supone falsear la realidad”, que muy diferente ya que las obras han supuesto, en definitiva, “un arrasamiento casi total y la perdida irreparable de un edificio singular en la historia cultural de San Sebastián”.
Por último, Áncora recuerda que en la actualidad existe “una denuncia por delito contra el patrimonio histórico, que está siendo investigada por la Ertzaintza”.